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El dolor es bello en la voz de Corinne Bailey Rae

La artista de 30 años regresa tras vender cuatro millones de su primer álbum

JESÚS MIGUEL MARCOS

Cuando un grupo tiene gran éxito con su disco de debut, lo normal es que su sello lo empuje a sacar un segundo trabajo cuanto antes para aprovechar el tirón de ventas. Corinne Bailey Rae vendió tres millones de copias de su álbum de debut en 2006, pero la continuación no ha llegado hasta hoy. Su marido, el saxofonista Jason Rae, falleció cuando tenía la mitad del disco hecho. Ella contaba entonces 29 años y necesitó otros dos para terminar el álbum, The Sea (EMI).

Como no podía ser de otra forma, este golpe en su vida se nota en el álbum, empapado de 'la belleza del dolor', como ella misma ha explicado. 'Una de las razones por las que hago música es porque puedes expresar lo que sientes de forma totalmente personal, contar lo que tienes en tu cabeza', comentó ayer la cantante inglesa, que confesó haber utilizado la composición de canciones en momentos difíciles de su vida, como el divorcio de sus padres o el acoso que sufrió en el colegio.

En cuatro años, su voz ha cambiado y ella no lo niega: 'He dado muchos conciertos y mi voz se ha desarrollado. Ahora canto mejor. En este disco, además, he grabado la voz en directo, junto a los otros músicos, lo que le da un sonido más cálido, más libre', explicó.

Ha ganado en matices y se atreve a sonar frágil, como en la balada Are you here o en el primer single, Id do it all again, una emocionante pieza soul-jazz donde cuenta una pelea matrimonial.

En lugar de aumentar la presión sobre ella, el éxito de su álbum de debut le ha dado más libertad. 'Lo único que he hecho es ser yo misma', indica. Lo demuestra el hecho de que decidió co-producir el disco y lo grabó con amigos y músicos de confianza. Quería grabar lo que oía en su cabeza.

Según ella, 'la idea era conseguir un sonido más agresivo y potente, que supusiera un contraste con el primer disco. Si hubiera hecho el mismo álbum, me encasillarían y la gente esperaría que siempre hiciese lo mismo, algo que quiero evitar'.

Violinista de formación, dejó la música clásica cuando descubrió a Nirvana. 'Da igual el estilo. Lo importante es que suene real', concluye la artista.

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