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'Concrete Utopia', cine de desastres que retrata la muerte de la bondad

La película que ha representado a Corea del Sur en los Oscar, del director Um Tae-hwa, retrata un mundo que se descompone moralmente. Disfrazada de película de desastres, es una sátira feroz, con humor negro y un profundo contenido político y social.

El actor Lee Byung-hum, en el centro, a la entrada de los apartamentos Hwang Gu.
El actor Lee Byung-hum, en el centro, a la entrada de los apartamentos Hwang Gu. Vértice 360

"Eran gente normal y corriente". Taxistas, funcionarios […] ciudadanos más o menos felices hasta que llega el miedo y se transforman en monstruos de la brutalidad, lo insolidario, enemigos a muerte del colectivo, asesinos de la bondad.

Los personajes de Concrete Utopía, la producción surcoreana que ha representado al país en la carrera por el Oscar, son como cualquiera de nosotros. Y esa es la terrible verdad de una película que, disfrazada de cine de acción, de puro entretenimiento, hace un retrato demoledor de un mundo que se descompone moralmente.

Dirigida por Um Tae-hwa, que se inspiró en la webtoon de Kim Soong-Nyung, Cheerful Outcast, la película es a primera vista cine de desastres –un terremoto asola Seúl y solo queda en pie un bloque de apartamentos–, pero en ella se contiene una sátira feroz, comedia negra, mucha acción, secuencias que podrían estar en el mejor cine de terror, momentos que recuerdan al cine bélico y, sobre todo, un premeditado fondo político y social.

Humanidad y supervivencia

Seúl está reducida a escombros. Los habitantes de la ciudad que han sobrevivido comienzan a reunirse en los apartamentos Hwang Gung, único edificio que ha quedado en pie. Los residentes del bloque se sienten amenazados y deciden elegir un líder y reunirse para sobrevivir.

Fuera hay nieve, frío, hambre, una muerte segura. La historia, por supuesto, gira en torno a la decisión de si dejar que los 'forasteros' se refugien en su edificio o no.

El actor Lee Byung-hum y el director Um Tae-hwa, en el rodaje de la película.
El actor Lee Byung-hum y el director Um Tae-hwa, en el rodaje de la película. Vértice 360

"Nuestros apartamentos pertenecen a los residentes. Solo los residentes pueden vivir aquí". Es la primera regla que se imponen los afortunados que viven en esos pisos, con los que el cineasta compone una variedad necesaria para servir de espejo de la humanidad. "Esta es una historia sobre la humanidad y la supervivencia, y es una historia sobre los seres humanos en general".

Luchas de clases

Concrete Utopia va mucho más allá de la, desgraciadamente, previsible reacción de un grupo de seres humanos en una situación como ésta. Los residentes de los apartamentos Hwang Gung son trabajadores, personas que han pedido hipotecas a los bancos para poder comprar su casa. Los primeros seres humanos que se acercan a buscar refugio son los dueños de propiedades mucho más lujosas, ricos que ahora no tienen nada.

"Los forasteros son los ricos que antes nos menospreciaban", dice un personaje de la película, "ya no hay clases". Y así, la historia alcanza otra dimensión, la de la lucha de clases y la venganza. Un nuevo nivel en un relato que también reflexiona en torno a la propiedad privada a través de estos apartamentos. Fueron edificios construidos tras la Guerra de Corea, con los que supuestamente se avanzaba en los derechos de vivienda de toda la población.

"Ahora se han convertido en 'apartamentos de marca' que están dividiendo de manera invisible al pueblo coreano en clases sociales y está causando un problema social que no se ve [...] Es como crear este problema social que no se ve", dijo el cineasta tras el estreno de la película en el Festival de Toronto.

"En lugar de agregar valor social como lugar residencial, está cambiando la razón principal de los apartamentos. También quería mostrar esos aspectos sociales en esta película. Histórica, cultural, social y políticamente, el apartamento es una representación intensa de la sociedad coreana en ese sentido".

Auge del autoritarismo

Y todavía más. Al miedo en una situación de supervivencia y al enfrentamiento de clases sociales, se unen en esta película el preciso dibujo de las consecuencias del auge del autoritarismo en el mundo.

El personaje del líder elegido por esta comunidad, Young-Tak, interpretado por el actor Lee Byung-hum, muy conocido en Corea del Sur y especialmente popular tras la participación en El juego del calamar, es el mayor elemento de distorsión y la gran fuente de discordia y terror de esta historia.

Una secuencia de una de las asambleas de los residentes de los apartamentos.
Una secuencia de una de las asambleas de los residentes de los apartamentos. Vértice 360

Con él, la mayoría de los residentes de los apartamentos dejarán de pensar y de decidir. Acatarán órdenes ciegamente y llegarán a creer como cierta la ideología totalitaria y violenta de su héroe. Es la definitiva muerte del colectivo, de la solidaridad y el final irreparable de la bondad. "La bondad me hace llorar".

Por supuesto, hay en Concrete Utopia seres humanos bondadosos y solidarios, –"¿No deberíamos tratar de encontrar la manera de vivir todos juntos?"–, que también revelan en esta historia la fuerza de los valores humanos y la conciencia.

"Creo que la humanidad sobrevive hasta el día de hoy por ese aspecto de cuidarnos unos a otros. Es el debate sobre cuál es la parte más importante de la supervivencia [...] ¿es 'sólo los fuertes sobreviven' o está dentro del estado mental en el que uno cuida y ayuda a los demás?", dijo Um Tae-hwa en unas declaraciones a Hollywood Chicago. "Confío en la humanidad en ese segundo estado mental. Pero quería que la audiencia pensara en la pregunta y se preguntara qué parte de la supervivencia valoran".

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