Madrid
Aplausos en el balcón a las ocho de la tarde. Vecinos solidarios. Ciudadanos cosiendo mascarillas para donar. Limpieza compulsiva. Buenas acciones. Conversaciones de ventana a ventana… De todos aquellos recuerdos se nutre Besos al aire, una comedia romántica ambientada en medio del primer estado de alarma en la que el drama está presente (no podía ser de otra forma), pero se apuesta más por buscar lo positivo dentro de una situación terrible. Ese es el mensaje y el espíritu de esta miniserie de dos episodios que este viernes llega a Star (en Disney+).
La idea le surgió a Aitor Gabilondo en los primeros compasen del confinamiento. Cuenta en una conversación telefónica con Público que "estábamos encerrados en casa y empecé a pensar, mirando por el balcón, en la de cosas que podían estar pasando dentro de las casas de los vecinos. Y pensé: 'Lo malo ya lo sabía porque lo veía en la tele, en Internet, en los periódicos…'". Así que se interesó por contar esa otra parte partiendo de que todo el mundo estaba encerrado y de que de esos encierros podrían estar "surgiendo situaciones, en concreto historias de amor, entre personas que en otras circunstancias no se hubieran encontrado". Es fue el germen de Besos al aire: sacar "la luz dentro de tanta oscuridad".
El guion lo firma Darío Madrona, al que Gabilondo llamó convencido, como así ha sido, de que le daría a la historia "un tono adecuado: dulce, pero no cursi". El guionista de series como Élite, Vivir sin permiso y Los protegidos que escribió las historias cruzadas que componen esta miniserie durante el encierro forzoso, comenta también por teléfono que lo que le gustó era "la posibilidad de hacer una comedia romántica. Me parecía superterapeútico lo de contar historias de gente que aunque lo está pasando mal también se está enamorando y está viviendo cosas muy bonitas en medio del apocalipsis".
Aunque Besos al aire es una serie ambientada en el confinamiento, se aleja de la tónica intimista e introspectiva marcada por la mayor parte de ese subgénero confinado del que surgieron infinidad de títulos pasados los primeros meses de pandemia y que pueden generar cierto sentimiento de rechazo o pereza en un sector del público. "A mí también me pasa lo que decías. De hecho, creo que no he visto ni una sola ficción del confinamiento", confiesa Madrona. "Lo que pasa es que creo que hay una diferencia entre las ficciones hechas durante el confinamiento, que por naturaleza tienen que ser un poco claustrofóbicas y esta, que se ha podido contar un poco desde la distancia (…). Es un tratamiento distinto tanto porque hemos tomado todos distancia con el confinamiento tan severo de aquel momento, como porque la serie en sí misma toma un poco de distancia al respecto y se puede hasta reír un poco de muchas cosas. Espero que se ría de muchas cosas, que haga gracia. Yo me lo pasé muy bien", añade. El rodaje tuvo lugar a finales de 2020.
La trama central tiene como protagonistas a la doctora Cavanas, de la que Gabilondo dice que "ha necesitado una pandemia para fijarse en alguien como Javi", y ese enfermero fan de las películas románticas que recita frases de las mismas a sus pacientes para animarles. Ambos interpretados por Leonor Watling y Paco León. A su alrededor transcurren otras siete historias de amor que se van cruzando. Como la de la chica vegana que se muda a casa de sus abuelos a pasar el encierro y conoce al carnicero del súper del barrio o la de la vecina cotilla que va de casa en casa huyendo de la suya y se cruza con el personaje de María León. Son las favoritas de Darío Madrona. Estas dos y una con una pareja de argentinos rota y varada en Madrid en una casa con un "casero muy raro" que no llegó a rodarse pero que apuntaba alto.
Todas, las ocho que componen la miniserie, responden al planteamiento que explica Madrona de que "esas circunstancias en las que todo se magnifica tanto, los sentimientos, las emociones y tal, también dan pie a cosas muy bonitas, muy chulas y muy emocionantes. Y luego hay una cosa que siempre funciona muy bien, que es que el confinamiento fue un momento en el que había muchas combinaciones de personas que estaban obligadas de repente a pasar tiempo juntas y a encontrarse, conocerse y a mirarse a la cara y a tener que decirse cosas porque no había nada mejor que hacer. Como terreno para la comedia romántica es muy fértil".
Comedia romántica sin perder la "base real"
En Besos al aire hay mucho amor en el sentido romántico de la palabra, pero también en su sentido más amplio. Entre amigos, familiares, vecinos… incluso hay mascotas. Además, transcurre en un contexto trágico. Las semanas en las que sucede la acción fueron las más duras de la pandemia, con las mayores cifras de muertos por coronavirus, los servicios sanitarios colapsados, falta de materiales de protección… Algo que no se pierde de vista en ningún momento. Por eso, pese a que "la intención es generar buen rollo" como apunta Gabilondo, no podía no haber fallecimientos y dosis de tristeza y dolor en el guion.
Porque, explica su productor ejecutivo, "tiene una base real, tiene una base testimonial. La serie pretendía también que fuera un testimonio de lo que estaba ocurriendo, de lo que nos había ocurrido. También es verdad que pensamos que un año después estaríamos… En fin, que esto sería un recuerdo. Todavía no ha llegado 'el después'. Pero claro, tenía que haber muerte. Y esta mezcla de tonos y de emociones era difícil. Ahí ha habido la habilidad de Darío escribiendo. Los actores, por supuesto. E Iñaki Mercero, el director, que tiene esta capacidad para acertar con el tono. Esta era la idea. No podíamos hacer una chirigota que pareciera que la pandemia ha sido una cosa muy divertida, ni hundir más al público deprimiéndolo".
Quien escribió el guion, Darío Madrona, apunta algo parecido durante su entrevista: "Tampoco puedes hacer una historia sobre esto en la que todo sea optimista. Todavía no estamos en el momento en el que puedas hacer un musical sobre el confinamiento. Falta tomar bastante más distancia para eso. Donde estamos ahora mismo yo creo que sí que podemos reírnos un poco de nosotros mismos, de las situaciones absurdas y tal y al mismo tiempo emocionarnos porque sí que ha habido historias muy bonitas y muy tiernas en medio de todo esto".
Lo difícil era encontrar el equilibrio y no dejarse llevar a un lado u otro. Sobre todo, tratándose de una comedia romántica, no caer en el exceso de azúcar. "Siempre intento meter lo que no sé quién me enseñó que se llama 'cortamiel', que es básicamente que cuando se pone la cosa muy cursi pues tomas un poco de distancia para darte cuenta de que estás siendo un poco cursi. Está siempre en el límite. Evidentemente, con este tipo de historias siempre vas a estar jugando en la línea fina entre lo cursi o no. A mí me emociona mucho más la cursilería contenida que el almíbar desatado, y estoy seguro que aquí hemos ido muchas veces a por el almíbar desatado y habremos caído en ello. Está siempre ahí el riesgo", analiza Madrona.
Lo que consigue Besos al aire, además de transmitir ese sentimiento de positivismo en medio del caos y el drama vivido entonces, es emocionar y hacer sonreír a partes iguales. Basta dejarse llevar por las historias y por la capacidad de los actores de jugar con las emociones que intentan transmitir. Tener un nudo en el estómago porque ese personaje se ha contagiado y lo han tenido que conectar a un respirador y al minuto siguiente reírse con la ocurrencia de otro personaje o su torpeza llevando un carrito de material sanitario.
Además de Paco León, María León y Leonor Watling (que este viernes hace doblete con el estreno de La Templanza), en el reparto figuran los nombres de Mariam Hernández, David Castillo, Nuria Herrero, Nancho Novo, Gracia Olayo, Zoe Stein, Gloria Muñoz, José Ángel Egido, Pau Durá, Jaime Olías, Loreto Mauleón, Mariano Venancio, Ruth Díaz, Luna Fulgencio, Fran Berenguer, Ariana Martínez, Inma Isla, Jordi Planas y Alejandro Sigüenza. Besos al aire, producida por Mediaset España en colaboración con Alea Media, se verá en Star, disponible en Disney+.
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