MADRID
Fernando Fernán Gómez, uno de los más grandes, siguió trabajando hasta un año antes de su muerte, con 86 años. Alguna vez dijo –y teniendo en cuenta su carácter, debía ser muy cierto– que la pensión de un actor en España no daba para retirarse. Así que, de talento inmenso e incombustible, cerró su carrera en el cine como actor en 2006 participando en una ópera prima.
El teatro, como intérprete, lo había abandonado mucho antes, en 1979, con un montaje de El alcalde de Zalamea. Por lo visto, le asaltó el terror de olvidar el texto en mitad del escenario. Ese pánico, seguramente infundado, le permitió engordar su extraordinaria trayectoria como autor. Hasta su despedida, muchos fuimos rastreando las películas en las que aparecía, lo mismo que hoy, supongo, harán espectadores de todo el mundo con otros clásicos octogenarios y nonagenarios todavía y felizmente vivitos y coleando.
Barriobajero y millonario
Michael Caine es uno de ellos y ahora, con 85 años, vuelve al cine como protagonista con Rey de ladrones, una película donde interpreta a un ex recluso que quiere dar su último golpe acompañado de una pandilla en la que pesan los años, por lo menos de dos más de ellos: Tom Courtenay (81) y Michael Gambon (78).
Genial, este londinense barriobajero y millonario confesó el año pasado que su principal preocupación era la muerte. “Sé que tengo los días contados”. A pesar de ello, Caine sigue trabajando como si tuviera en sus manos el tiempo. El año pasado se juntó con otra banda de veteranos –Alan Arkin (84) y Morgan Freeman (81)– para cometer otro atraco, esta vez al banco que se había quedado con su dinero (Un golpe con estilo).
Parece que la interpretación no tiene fecha de caducidad. Mientras trabajadores de todo el mundo se echan las manos a la cabeza pensando en los años que todavía les quedan por seguir en el tajo, muchas actrices y actores sienten que rejuvenecen cuando se ponen ante las cámaras. Me refiero, naturalmente, a los privilegiados que no tienen que preocuparse por el dinero. Nada que ver con el caso de Fernando Fernán Gómez y de sus colegas españoles.
Despedida a la francesa
Claro que también están los otros afortunados, los que han hecho mutis por el foro con la jubilación aseguradísima. Después de un sospechoso silencio, en 2014 nos enteramos de que Gene Hackman (88) se había despedido a la francesa. El policía de narcóticos Jimmy ‘Popeye’ Doyle, el paranoico Harry Caul, el depravado sheriff Little Bill Daggett, el atracador Joe Moore… ahora vive como apacible escritor y pintor retirado. No sé muy bien a qué dedica el tiempo el legendario Kirk Douglas, que el próximo día 9 cumplirá 102 años, desde su última interpretación hace un decenio en televisión, pero sí sé que su hijo Michael Douglas no fue al único que se le saltaron las lágrimas al verle hace solo unos días en el Boulevard de Hollywood, donde el vástago por fin tiene su estrella.
Centenaria también, Olivia de Havilland (102) se apartó de la interpretación pero perseveró en mantener bien encendida la llama de la delirante rivalidad con su hermana menor, Joan Fontaine, y el año pasado, por si quedaban dudas sobre su determinación, presentó una denuncia contra los productores de un drama en televisión por la imagen que se daba de ella, encarnada por Catherine Zeta-Jones. Otra diva acercándose al siglo, Doris Day (96) –y su espléndida voz– se reconvirtió hace años en hotelera, por cierto, de éxito. Y, naturalmente, como insistente activista de los derechos de los animales, en su distinguido hotel en California se admiten mascotas.
Morir matando
Los hay, en el otro lado, incombustibles como la maravillosa Shirley MacLaine (84), las británicas Judi Dench (83) y Maggie Smith (83), Clint Eastwood (88), que morirá matando; Robert Duvall (87), eterno consigliere, ahora viejo político corrupto y ultraderechista en Viudas; Donald Sutherland (87), el fascista cabrón de Novecento del tristemente desaparecido Bertolucci o el fanático de los martinis, el alborotador y juerguista cirujano Hawkeye Pierce de M.A.S.H. que sigue también rodando y ha fichado para una serie de televisión en 2020; Angela Lansbury que con 93 años vuelve a la gran pantalla esta Navidad con El regreso de Mary Poppins; el canadiense Christopher Plummer (88), esta semana en los cines con El hombre que inventó la Navidad, esperando otros dos estrenos y rodando dos nuevas películas…
El impecable y poderoso Max von Sydow (89), actor fetiche de Ingmar Bergman, ha reaparecido como militar ruso vendido a las demandas de Putin en Kursk y ya está rodando una película sobre la terrible masacre de Kalavryta perpetrada por los nazis. Imponente, este soberbio intérprete no ceja en su lucha, hastiado de que el mundo le conozca solo por el papel del padre Merrin de El exorcista, por demostrar su inmenso talento.
En el funeral de Lubitsch
Me temo que el sueño de disfrutar con el descarado Jack Nicholson (81) en el papel del grotesco bromista, padre maravilloso, Toni Erdmann no se verá cumplido. Aunque la producción del remake sigue adelante, su nombre ya no está en el proyecto. A él, por el momento, se le sigue viendo en las canchas de baloncesto, pero muchos de sus fans han inundado las redes con sus lágrimas tras los rumores de que sufría Alzheimer.
En España, ahí siguen, más presente que nunca en el cine, José Sacristán (81) que actualmente rueda la serie Alta mar, o Nuria Espert (83), ahora en el escenario con Romancero gitano. Julia Gutiérrez Caba (86), se mantiene en televisión, donde hace dos años todavía veíamos a Alicia Hermida (86). Asunción Balaguer (93) participó en una película, Cuervos, también en 2016, y Julieta Serrano (85) y María Galiana (83) siguen al pie del cañón. A Héctor Alterio (89) hace un par de años todavía le tiraban las tablas… Y que sean muchos años más.
Lo terrible de las despedidas profesionales de las estrellas es que, como se lamentó Billy Wilder en el funeral de Lubitsch, nos hemos quedado sin sus películas. Podemos seguir fantaseando, aunque sin demasiada esperanza, con las reapariciones de Sean Connery (88) o Sidney Poitier (91). ¿Quién dice que no sorprenderán, al menos una vez más, Sophia Loren (84), Claudia Cardinale (80) y Gina Lollobrigida (91)? ¿es que no podría arrepentirse Robert Redford (82) –“Esto es el fin de la actuación para mí, he estado haciendo esto desde que tenía 21 años”– y regresar por donde vino son esa deslumbrante sonrisa, una de las mejores del cine?
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