Las producciones audiovisuales catalanas siguen ensanchando fronteras y logrando nuevos hitos en todo el mundo. El último motivo de enhorabuena lo encontramos en Mystic Tiger, del director catalán Marc Martínez Jordán, que ha ganado el premio al mejor cortometraje en el Palm Springs Film Festival de California. Se trata de uno de los certámenes más prestigiosos del mundo. No en vano, ganar este premio califica automáticamente a Mystic Tiger para optar a los Premios Óscar en su categoría.

"Ganar el premio Palms Springs ha sido increíble, es el mejor festival de cortometrajes de Estados Unidos y todo director o directora quiere ganar un premio allí. Estamos muy felices, pero es una felicidad que viene acompañada de una gran satisfacción porque todo el equipo hemos luchado mucho para enseñar y demostrar que nuestra forma de hacer cine puede recibir premios importantes y estar en grandes festivales", sostiene Martínez Jordán.

Mystic Tiger narra la historia de un personaje del que no se conoce su nombre y no se le puede ver la cara. Lo que sí sabe el espectador es que el protagonista del corto se está recuperando de un accidente del que tampoco se conocen las circunstancias. A partir de ahí, a medida que se explica el día a día de ese personaje misterioso, él descubre que después del accidente ha adquirido poderes extraordinarios. Y a medida que avanza la historia se descubre todo el entramado, pero mejor huir de los spoilers y disfrutar de los 15 minutos de cortometraje.

Con guión y dirección de Marc Martínez Jordán, fotografía de Josep Riera Camps, Àlex Marull como actor y productor, Edu Roerich como coproductor, Judi Kim en el diseño de sonido y la música de Joan Vilà, Mystic Tiger condensa todo lo que Matínez Jordán ya ha tanteado en trabajos anteriores, y en donde el tema de las enfermedades mentales vuelve a ser el eje temático.

Peso de las enfermedades mentales

"Por la forma en que se cuenta la historia y los componentes audiovisuales todo el mundo puede sentirse identificado. Es un cortometraje que habla de las enfermedades mentales pero no sólo, sino también de la ausencia de las emociones, los automatismos de la mente, sus contradicciones y de cómo la mente nos puede engañar. Esto fue el detonante para que todo el equipo se sintiera muy involucrado en el proyecto desde el primer minuto", afirma el cineasta.

"Evidentemente es un tema que en cierto modo todo el mundo sufre, la mente es un mecanismo muy misterioso y todo el mundo tiene contradicciones y pensamientos indeseados, y todo esto son temas que se exploran en el cortometraje, que en cierto modo es una especie de decálogo de los misterios de la mente", añade Marc Martínez Jordán desde California, lugar al que llegó el día que cerraron las fronteras por la pandemia.

El director asegura que escribió este guión "por motivos personales de experiencias familiares y amistades con depresión, esquizofrenia y otras enfermedades relacionadas con la mente". Pero añade que "aunque tanto mi equipo como yo tenemos un estilo audiovisual muy característico, pensábamos que era interesante hacer una historia que aparentemente no tuviera una conexión muy evidente con estos temas".

Ganarse la vida como creadores de historias no es fácil, pero este premio valida a Marc Martínez Jordán y a su equipo a continuar con la convicción de realizar este tipo de trabajos que si bien se alejan de la convencionalidad son muy accesibles gracias al fuerte componente emocional que transmiten.