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Captando la fotografía
de un premio Goya

Álex Catalán, Kalo Berridi y Alejandro Martínez, nominados en esta categoría, explican a 'Público' en qué ha consistido su trabajo en 'La isla mínina', 'Ocho apellidos vascos' y 'Autómata'.

Fotograma de 'La isla mínima'.

ALFONSO ÁLVAREZ-DARDET

MADRID.- La labor del Director de Fotografía en una película es importante porque "de lo contrario el cine se parecería demasiado a la televisión o al teatro", explica Álex Catalán, nominado al Goya por su trabajo en La isla mínima. Comparte candidatura junto a Kalo Berridi, por 8 apellidos vascos, Alejandro Martínez por Autómata y Carles Gusi por El Niño. Explicar en qué consiste su trabajo no es sencillo, cabría suponer que al menos los cuatro estuviesen de acuerdo en una definición, pero no es así. “No conseguí explicárselo a mis padres en su día”, asegura Rodríguez y añade: “Se trata de llevar a imagen la idea que tiene el director sobre la película e intentar que el resto del equipo esté en armonía”.

Este domingo la 29 edición de los premios Goya, la fiesta más importante del cine español, y por ello hemos querido profundizar en los quehaceres de estos profesionales de la imagen cuya labor pasa desapercibida para el común de los mortales. Público ha conversado con los cuatro nominados, excepto con Carles Gusi, que recientemente se ha llevado el premio Gaudí por El Niño, y que no ha podido hacer la entrevista por un problema familiar.

Berridi: "Una película es una sucesión de imágenes que iluminadas de una forma u otra dan el carácter deseado”

Decíamos que explicar la labor del director de fotografía no es fácil. Cada uno da una respuesta diferente. Para Martínez consistiría en “crear un lenguaje visual a través de la luz, el color, los objetivos, las cámaras y el movimiento de la misma”. Como suele ocurrir siempre que tratas de definir un oficio, ocurre con el periodismo, cada uno tiene su punto de vista, por lo que todos tienen razón. Ante todo, hay que señalar la importancia que tiene esta disciplina en el lenguaje cinematográfico. “Al final, una película es una sucesión de imágenes que iluminadas de una forma u otra dan el carácter deseado”, explica Berridi.

Fotograma de 'Autómata'.

Fotograma de 'Autómata'.

Su trabajo tiene mucho de planificación, pero también de suerte. Cuenta Catalán una anécdota sobre el rodaje de La isla mínima: “Un día íbamos en barca por el río Alberto Rodríguez (director) y yo. Comenzamos la jornada a primera hora, camino del punto de rodaje cuando la bruma cubrió el río y el cielo se puso todo de color púrpura. El ambiente era espectacular, estábamos embobados. Yo le dije: ¿has visto qué bonito es todo esto?, a él se le iluminó la cara y me dijo: si, y yo le respondí: Pues no va a estar en tu película”.

Alejandro Martínez: “En 'Autómata' teníamos que diseñar la luz conforme a los sets, ya que necesitábamos ser capaces de rodar en 360 grados todo el tiempo”

Son muchas las dificultades que tiene un director de fotografía en una película. Catalán reconoce que su principal escollo fue el cansancio, las largas sesiones maratonianas que implican un rodaje. Sin embargo, Berridi antepone las dificultades técnicas a las fatigadas jornadas de trabajo. “Emilio Martínez-Lázaro (director) quería rodar con dos cámaras simultáneamente, esto supone iluminar los dos campos al mismo tiempo, lo que plantea una dificultad sobre todo en los decorados pequeños”. Martínez, en Autómata, propone, más que una dificultad un reto: “Teníamos que diseñar la luz conforme a los sets, ya que necesitábamos ser capaces de rodar en 360 grados todo el tiempo”.

Instantáneas de tres películas

Álex Catalán: "El instante que mejor refleja el espíritu de 'La isla mínima' es una de los dos personajes protagonistas mirándose, con Javier Gutiérrez en la sombra”

Sería muy difícil resumir el trabajo de cada uno en un fotograma. A Catalán la fotografía que más le gusta de La isla mínima es “aquella en la que se ve a una chica de noche por la carretera iluminada en rojo por los faros traseros del coche. Lírico e inquietante”, asegura. Sin embargo, el instante que mejor refleja el espíritu del largometraje es una de los dos personajes protagonistas mirándose, con Javier Gutiérrez en la sombra”.

Kalo Berridi.

Martínez no es capaz de elegir una instantánea concreta. “Me quedo con la escena de introducción a Cleo en el prostíbulo. Sin duda es mi favorita”, asegura. Por el contrario, Berridi reconoce que en su caso no cree que sea posible decidirse y lo argumenta de esta forma: “hay miles que me gustan pero habría que hablar de secuencias y decorados, como la iglesia, el restaurante, la casa de Amaya y el resultado del pueblo mezclando tres localidades distintas”.

Es muy difícil que los tres respondan igual a la misma pregunta. Cada uno es un profesional con una trayectoria muy distinta y sus experiencias son dispares. Se ponen de acuerdo, sin embargo, cuando se les pregunta cuál de sus compañeros se merece más el Goya: “Cualquiera, conozco sus trayectorias y son envidiables”, asegura Catalán; “Los trabajos que he visto son muy buenos, cualquiera se lo merece”, sentencia Berridi y Martínez, apuesta por “todos”, aunque, como diría Christopher Lambert en Los inmortales: Solo puede quedar uno.

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