Arte y compromiso. Fina línea la que recorre Alberto San Juan de la mano de la cooperativa madrileña que abandera el Teatro del Barrio. Un itinerario de producciones propias que invitan a replantear nuestra realidad histórica contemporánea. De Ruz-Bárcenas, a El Rey pasando por Emilia y así hasta llegar a Masacre. Una breve historia del capitalismo español, obra escrita y dirigida por San Juan y que coprotagoniza junto a la actriz catalana Marta Calvó.

“Lo que intentamos es aproximarnos a la realidad a través de la ficción, una labor —la de explicar la realidad— que tendría que correr a cargo de los medios, pero éstos cuelan demasiada ficción en la información y no ayudan a entender lo que nos rodea”. Así de tajante se muestra San Juan cuando se le inquiere por los riesgos que conlleva plantear una reflexión política sobre las tablas sin caer en el alegato vacuo.

“Es complejo, sin duda, mis líneas rojas son huir del aburrimiento y no ofrecer verdades cerradas, no pretender en ningún momento decirle al otro lo que tiene que pensar”. Ni que decir que en Masacre lo consigue. Una pareja de clase media hilvana un recorrido por esa España que nunca muere. Ese idilio de unas pocas familias con el poder económico que se revuelcan ufanas sobre el destino de una mayoría.

Hablamos, cómo no, de las Koplowitz, los March, los Botín, y demás insignes estirpes que desde el franquismo y más allá vienen repartiéndose la baraja. “La obra trata de representar cuándo y cómo empieza formarse estos grupos de poder, cómo se mantienen y evolucionan a lo largo del tiempo”.

Para ello el autor se sirve de unos protagonistas que, en cierta forma, podrían ser él mismo. “Los imagino —explica el actor— viviendo donde yo vivo, en ese tipo de urbanización de clase media donde es imposible sentirse en casa pues todas las viviendas tienen la misma carpintería, el mismo suelo, los mismos acabados… Los imagino incapaces de imaginar las posibilidades que se abren más allá del capitalismo, agarrados a un modelo de convivencia que provoca dolor y miseria pero con el que no terminamos de atrevernos a romper”.

Una contradicción que San Juan, lejos de rehuir, no duda en poner de relieve como parte de la representación. “Yo mismo, si trabajo en un proyecto de cine grande, estoy trabajando para un banco. Hemos de reflexionar sobre esto, no pasa nada, hasta qué punto participamos de esa maquinaria aun queriendo cambiarla”.

Romper con todo

En esa pugna entre lo que somos como sociedad y lo que nos atrevemos a imaginar, Masacre. Una breve historia del capitalismo español evidencia muchos miedos, pero también alguna que otra certeza; la de que no hay nada como entender por dónde nos vienen dadas para cambiar aquello que se intuye inalterable. En ese sentido, la coyuntura catalana es más que favorable para San Juan: “Creo que romper con el esquema actual nos obliga repensar el Estado español, la independencia rompe unas reglas del juego y permite crear otras más justas... Dicho esto, no creo que ni el referéndum de Catalunya, ni Venezuela, sean nuestros principales problemas ”.