MADRID
Actualizado:Casi dos terceras partes de las causas del cáncer se deben a “equivocaciones” imposibles de predecir en el continuo proceso de copia del ADN que se produce en las células normales al dividirse, concluye un nuevo estudio sobre el origen de las mutaciones cancerígenas. El azar se revela así como el principal factor en la aparición del cáncer, seguida por la herencia genética y los factores medioambientales.
Esta conclusión parte de un nuevo análisis de abundantes datos epidemiológicos de 69 países y la aplicación de un modelo matemático basado en la secuenciación del material genético existente en cada célula.
Los científicos estudiaron las mutaciones que desbocan el crecimiento celular (la base del cáncer) en 32 tipos de este conjunto de enfermedades. Normalmente son necesarias dos o más mutaciones específicas para que se produzca el cáncer. Estas mutaciones pueden deberse a errores de copia (hasta ahora considerados aleatorios), al medioambiente o a la herencia genética.
Esta conclusión parte de un nuevo análisis de abundantes datos epidemiológicos de 69 países y la aplicación de un modelo matemático
En el caso del cáncer de páncreas, los datos que han obtenido demuestran que el menos el 76% de las mutaciones se deben a errores de copia, el 18% a factores ambientales y el 5% a la herencia. En otros tipos de cáncer, como los de mama, próstata, cerebro y hueso, al menos el 83% de las mutaciones se deben a los errores de copia del ADN. En el cáncer de pulmón el panorama es distinto ya que el 65% de todas las mutaciones se debe a factores ambientales, en su mayor parte el tabaco, y el 35% a errores de copia, mientras que la herencia no parece jugar papel alguno.
La traducción de las mutaciones a casos, teniendo en cuenta que hace falta más de una mutación y que algunas pueden evitarse, no es directa, por lo que los investigadores resaltan que muchos cánceres son evitables.
“Se sabe que debemos evitar factores medioambientales como el tabaco para disminuir nuestro riesgo de desarrollar cáncer. Lo que no se conoce tan bien es que cada vez que una célula se divide y copia su ADN para dar lugar a dos nuevas células se producen muchas equivocaciones”, explica Cristian Tomasetti, de la Universidad Johns Hopkins, que ha participado en el estudio. “Estos errores en la copia son una importante fuente de mutaciones cancerígenas que históricamente se han infravalorado científicamente, y este nuevo trabajo proporciona la primera estimación de su influencia”. Las células disponen de mecanismos para corregir los errores, pero no son perfectos y son menos eficaces con el envejecimiento.
El investigador principal del nuevo estudio, publicado en Science, es Bert Vogelstein, una de las principales figuras en esta área. Su opinión es que se necesitan urgentemente mejores formas de detección precoz de todos los cánceres, cuando todavía son curables. Sin embargo, también señala que se pueden tomar medidas para minimizar las mutaciones al limitar la exposición a sustancias peligrosas y los estilos de vida no sanos.
Este estudio amplía otro anterior de los mismos autores que fue muy criticado por no abarcar datos de países distintos de Estados Unidos ni incluir cáncer de mama y de próstata. Estas carencias se han corregido ahora y los autores señalan que han confirmado una fuerte correlación entre la incidencia del cáncer y el número de divisiones celulares en 17 tipos de éste. A mayor ritmo de división celular en un tejido determinado y más tiempo, afirman los autores, más probabilidad de errores, por lo el cáncer de colon es más probable que otros y el envejecimiento de la población lleva consigo un mayor número de casos.
Por otra parte, esta conclusión debe de reducir la sensación de culpabilidad individual en muchos casos de cáncer en los que no se ha encontrado una causa genética o ambiental. La pregunta típica que se hace un paciente de cáncer: “¿Por qué yo?” tiene una respuesta simple: “Por nada que hayas podido evitar”, asegura Vogelstein. Esto es especialmente cierto en el caso de los cánceres infantiles.
Conocer lo que sucede dentro de las células es muy importante para este y otros temas relacionados con la salud, pero todavía falta mucho por dilucidar. Con una nueva técnica, científicos españoles del Centro de Regulación Genómica y de otros países han conseguido visualizar cómo se empaqueta el ADN en células de mamífero y como estas estructuras hacen que se activen o desactiven los genes. Su estudio se ha publicado en la revista Nature. En cada célula humana, por ejemplo, hay dos metros de ADN en un núcleo de solo 0,005 milímetros de diámetro, lo que indica la complejidad de este empaquetamiento. Es un primer paso para llegar a conocer de verdad lo que pasa dentro de una célula, y también cómo se producen las mutaciones relacionadas con el cáncer.
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