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Un siniestro grave con fuga radiactiva cada 4,3 millones de años

¿Ha habido algún accidente en el transporte nuclear español?
Enresa presume de haber recorrido más de dos millones de kilómetros transportando residuos de baja y media actividad radiactiva por España en los últimos 20 años. En estos trayectos, básicamente por carretera, no se ha producido ningún accidente. Desde 1994, ninguna caravana de basura nuclear ha viajado por España, ya que los residuos se almacenan en las propias centrales atómicas.

¿Se han registrado percances en la Unión Europea?
Cada año, dentro de la UE se llevan a cabo unos 700 transportes de combustible nuclear gastado, según datos de Enresa. La mayor parte, unos 450, procede de las 60 centrales nucleares francesas. 'Nunca se han registrado daños radiológicos sobre la salud ni de los trabajadores ni del público', sostiene Enresa. Sí constan accidentes sin fugas radiactivas, como el vuelco de un camión francés en 1987, la caída de un contenedor desde una grúa en el puerto de Cherburgo en 1991 y el descarrilamiento de un tren en 1997, en la frontera francoalemana.

¿Qué ocurre si un camión nuclear pasa cerca de un ciudadano?
Un estudio suizo calculó en 2001 que una persona que viera pasar un camión cargado de residuos nucleares a diez metros de distancia recibiría una radiación de 0,025 microsieverts. Para la empresa que gestiona la basura atómica en España, esta radiación 'es despreciable' si se compara con la dosis natural. Una persona al sol durante una hora en Madrid recibe una radiación diez veces mayor.

¿Cuál es la probabilidad de que haya un accidente severo?
El Departamento de Energía de EEUU, en un estudio sobre el almacén geológico profundo de Yucca Mountain, calculó que, para un transporte de unas 3.000 toneladas de residuos cada año, la probabilidad de un accidente severo, con fuga radiactiva, es del 0,000023%: un siniestro cada 4,3 millones de años. Además, según el estudio, en ese caso improbable, la dosis de radiación que recibirían las posibles víctimas quedaría muy por debajo de las dosis mortales.

¿Qué podría llegar a suceder en el peor de los casos?
Los embalajes de acero que se emplean en el transporte de residuos en todo el mundo han sido probados en las condiciones más difíciles. En EEUU y Reino Unido, durante las décadas de 1970 y 1980, las autoridades empotraron una locomotora a 130 kilómetros por hora contra uno de estos cilindros y dejaron que un tren de 140 toneladas arrollara otro embalaje depositado sobre la vía. En Alemania, en 1999, los ingenieros provocaron la explosión de un camión cisterna cargado de propano junto a un contenedor de basura nuclear. En ninguno de los casos hubo fugas radiactivas. La organización ecologista Greenpeace ha llegado a declarar que ETA podría atentar contra un contenedor nuclear con un misil SAM-7. En España, los convoyes viajarán de noche, con una escolta armada, y sus horarios serán secretos.

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