La tecnología parece aún lejos de saciar la fantasía humana del viaje en el tiempo, pero se supera a sí misma en las soluciones de consuelo. Interactuar de manera virtual con la Antigua Roma, pasear por calles que hace tiempo no existen o desplazarse por la ciudad actual sin moverse del museo son objetivos de un proyecto del Consejo Nacional de Investigación de Italia, que ya presentó la semana pasada un recorrido virtual por la antigua Vía Flaminia de Roma.

Con 1,8 millones de hectáreas reconstruidas, en el proyecto ha participado un equipo de 20 personas, entre arqueólogos, arquitectos e informáticos. El sistema interactivo, realizado para el Museo de las Termas de Diocleciano, consiste en una sala de cuatro ordenadores con los que los visitantes pueden pasear por zonas que reproducen digitalmente la Vía Flaminia a través de avatares (personajes virtuales que les representan).

El recorrido también se puede seguir desde un anfiteatro habilitado para los visitantes, que observan el paseo con unas gafas 3D. Esta reconstrucción se compone de dos niveles, que abordan el esplendor de la Antigua Roma, con sus monumentos reconstruidos, así como un recorrido virtual por las ruinas modernas de más difícil acceso.

Recorrido por la Via Flaminia

Sus creadores han pretendido facilitar a los turistas una forma adicional de visitar la antigua Via Flaminia y, en particular, la reconstrucción de la Villa de Livia, la esposa del primer emperador romano, Augusto. Según fuentes del Museo, se trata de una zona arqueológica de gran valor que no está totalmente aprovechada, ya que, pese a estar abierta al público, se encuentra situada fuera de las tradicionales rutas turísticas, con unas características arquitectónicas que impiden al visitante tener una visión completa de su valor.

El proyecto, que ha tardado dos años en materializarse, se ha realizado tanto a partir de fotografías vía satélite como de documentación que explicaba la forma en la que estaban distribuidas y adornadas las diferentes construcciones.

El paseo virtual ha tratado de ir un paso más allá de la reconstrucción arquitectónica. Para ello añade detalles de las pinturas que adornaban algunos de los edificios, el sonido de la ciudad en la época o el tipo de vegetación, además de recrear cómo vivía la élite política de la época.