A día de hoy se nos hace difícil de digerir que la tecnología y los ordenadores no sean móviles o portátiles. Han pasado nada menos que 30 años desde el lanzamiento del primer ordenador de consumo masivo realmente portátil, el Toshiba T1100, que pesaba unos 4 kilogramos. Tras la irrupción de las tabletas, algunos pronosticaban el fin de estos equipos, pero siguen más en forma que nunca gracias a los ultrabooks y los híbridos con Windows.
Toshiba España está celebrando esta semana el 30 Aniversario del lanzamiento del "primer portátil comercial para el consumidor masivo", el Toshiba T1100, un dispositivo con el que la firma nipona revolucionó el mercado informático mundial. Tres décadas después, los ordenadores portátiles se han convertido en elementos indispensables de la vida diaria, transformando el mundo de los negocios, la educación o el ocio.
"La configuración del Toshiba T1100 de 1985 fue todo un prodigio de ingeniería y un triunfo de la tecnología de miniaturización", ha celebrado la compañía japonesa. A mediados de los 80, los ordenadores eran equipos grandes y voluminosos, que ocupaban prácticamente la totalidad de la mesa de trabajo de una oficina y ataba a la misma a sus usuarios. Ya se habían fabricado varios ordenadores transportables, pero el proyecto de Toshiba fue el más parecido a los actuales portátiles y el más ambicioso.
Toshiba fue capaz de fabricar un ordenador completo y funcional y de similar rendimiento a aquellos PC, lo suficientemente pequeño y ligero para ser transportado en una bolsa o mochila. Eso sí, el T1100 pesaba pesaba 4,08 kilos, medía 30,98 centímetros de ancho, 6,6 de grosor y 30,48 centímetros de largo. Teniendo en cuenta lo que hemos sufrido con la autonomía de los portátiles durante casi toda su historia, hasta la llegada de los ultrabooks y los híbridos, la autonomía de su batería de ácido de plomo no estaba nada mal: 8 horas.
Respecto a su configuración, el T1100 incluía un procesador Intel 80C88 de 8 MHz, sistema operativo MS-DOS, unidad de disco flexible de 3,5 pulgadas de 720 kilobytes de almacenamiento (por primera vez, un PC incluía una disquetera de este tipo) y una memoria interna de 512 kilobytes para cargar el sistema operativo.
Además, incluía una funcionalidad que permitía pausar el ordenador entre sesiones, sin necesidad de reiniciar el equipo, y que hoy en día se ha convertido en un estándar de mercado. También disponía de una pantalla LCD de 23,11 cm por 11,9 cm, en blanco y negro, capaz de mostrar textos de manera clara y legible y una resolución de 640x200 píxeles.
El precio de lanzamiento del T1100 superaba los 4.000 euros y, durante su primer año de comercialización, Toshiba vendió un total de 10.000 unidades, la gran mayoría en Europa
El despertar del ordenador portátil
El precio de lanzamiento del T1100 superaba los 4.000 euros y, durante su primer año de comercialización, Toshiba vendió un total de 10.000 unidades, la gran mayoría en Europa. En España se lanzó el 28 de abril de 1985, pero la distribución masiva del producto se produjo principalmente en 1986. La buena acogida supuso la confirmación del interés de las empresas por este tipo de dispositivos y de que el portátil podía convertirse en un producto de consumo masivo.
Un año después, Toshiba tenía listo el T3100, un equipo con disco duro y un procesador (Intel 286) que ofrecía un rendimiento hasta entonces sólo accesible a los PC de sobremesa. Sobre la base de estos dos primeros logros tecnológicos, Toshiba continuó ampliando su gama de ordenadores portátiles y comenzó a venderlos también en los mercados japonés y estadounidense. Los portátiles Toshiba, incluido el T1100, continuaron su expansión en el mercado de PC y fomentaron el desarrollo, por parte de la industria, de componentes específicos para dispositivos y equipamientos portátiles, lo que ha contribuido decisivamente al desarrollo de la sociedad de la información.
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