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Un nuevo impulso para los vídeos en streaming

Una empresa española desarrolla una técnica para interactuar con las imágenes

BLANCA SALVATIERRA

Uno de los protagonistas de la serie Perdidos escapa de un asentamiento enemigo pero, ¿en qué parte de la isla se encuentra? ¿Huye de veras o se acerca a otro peligro? El usuario podría saberlo si lo estuviese viendo en Internet en formato streaming, es decir, sin tener que descargarlo, y el vídeo incorporase un mapa para insinuar la siguiente acción. Los vídeos en streaming son uno de los contenidos que más ha crecido en el último año, suponiendo más de un 10% del tráfico total de Internet en el sur de Europa según la consultora Ipoque. Mientras YouTube se plantea cómo emitir películas completas y obtener ingresos por ellas, el crecimiento de páginas como Hulu, que ofrece series de forma gratuita, está llevando a las compañías a buscar alternativas para obtener ingresos por esos vídeos.

La utilización de contenidos interactivos podría ser una de esas fórmulas. Eso es lo que defiende la empresa española Mad Pixel, que realizó parte de la integración de las obras del Museo del Prado en alta resolución para Google Earth y que ha finalizado un proyecto para agregar información a las imágenes en movimiento. 'La convergencia entre televisión e Internet propicia la aparición de sistemas que utilizan los vídeos no sólo como fuente de ingresos sino también como forma de aportar valor añadido', destaca Koldo García, director creativo de Mad Pixel.

Su sistema interactivo de vídeos está basado en el seguimiento automático de las imágenes para aportar información. En el prototipo, el usuario puede acercarse con el ratón a los objetos que aparecen en las escenas, ante lo que el vídeo se para y, si pulsa sobre una especie de etiqueta, accede a una tienda en la que pueden adquirir los productos.

'En el área empresarial la aplicación más clara es la publicitaria', especifica Iñaki Arredondo, que dirige la parte técnica. Arredondo sostiene que, una vez desarrollado el sistema, es relativamente sencillo que el vídeo interactúe con una base de datos para, por ejemplo, consultar información adicional sobre la música que está sonando en cada momento.

Pese a que se trata de un desarrollo finalizado, Arredondo destaca que lo más difícil para empezar a aplicarlo es poner de acuerdo a todos los actores que intervienen de este proceso. 'Estamos hablando de cambiar el modelo de publicidad o de añadir contenidos que a lo mejor requieren de un desarrollo específico', comenta Arredondo, y añade: 'Al tratarse de grandes medios audiovisuales, aceptan los cambios de forma lenta'.

La huella digital de los vídeos se ha utilizado hasta el momento para localizar las páginas que albergaban esos contenidos y que los propietarios de los derechos de autor pidieran su retirada a los responsables de las webs.

La introducción de códigos en distintas fracciones del vídeo también puede utilizarse para insertar publicidad y que la página que lo reproduce compense de alguna forma a los titulares de los derechos.

La compañía publicitaria Mochi Media ha puesto en marcha un sistema de publicidad aplicado a juegos creados en formato ‘flash’. Cuando una página inserta uno de ellos, la empresa lo rastrea y envía anuncios adaptados al país de la web que lo está utilizando. 

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