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Las nucleares estarán de obras hasta 2016 para reforzar su seguridad

El resultado final de las pruebas de resistencia de las centrales españolas obliga a realizar reformas sustanciales y a levantar nuevos edificios de emergencias en un plazo de cinco años

 

JAVIER SALAS

Todas las centrales nucleares españolas necesitarán meterse en obras durante el próximo lustro para adaptar su seguridad a las nuevas exigencias surgidas tras el accidente de Fukushima. No serán obras menores, ya que modificarán de forma sustancial la estructura de sus construcciones, pero tampoco son algo 'urgente', ya que no se ha identificado 'ningún aspecto que suponga una debilidad relevante de seguridad de estas instalaciones'.

Así lo expresa el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en su informe final sobre las pruebas de resistencia de las seis plantas españolas (ocho reactores), que presentó ayer. El estudio ha identificado una serie de mejoras que deberán realizarse a corto, medio y largo plazo para evitar que España viva un desastre como el de Japón. 'La situación de Fu-kushima nos ha dado algunas lecciones que conviene repasar', resumió el director de Protección Radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo.

El CSN no ha identificado ninguna «debilidad relevante»

Las seis centrales tendrán que levantar antes de 2016 un 'centro alternativo de gestión de emergencias' dentro de sus instalaciones, pero convenientemente aislado del exterior, que sirva de sala de control en caso de accidente y también de refugio para los trabajadores si la planta sufre un episodio grave de contaminación nuclear. Fukushima tenía uno de estos edificios gracias a una normativa nipona desarrollada en la década pasada, lo que ayudó a los operarios en su combate contra el desastre atómico, según explicó Lentijo, que ha visitado dos veces la central japonesa comandando un grupo internacional de expertos.

Explosiones de Japón

Además, todas las centrales españolas deberán realizar una compleja reforma de sus estructuras para mejorar los sistemas de filtración y de venteo de gases y vapor al exterior. La intención es evitar que se produzcan las explosiones que sufrieron los edificios de los reactores de Fukushima por culpa de la acumulación de hidrógeno en su interior instalando quemadores de este gas. Además, se reformarán las instalaciones para que, cuando se trate de rebajar la presión interna, se puedan filtrar esas emisiones antesde liberarse al exterior, ya que suelen estar cargadas de elementos tóxicos que, como ocurrió en el caso de Japón, terminaron por contaminar un tercio del país.

Las plantas tendrán que modificar sus sistemas de ventilación

Estas dos exigencias del CSN supondrán una 'inversión importante' según expre-só su presidenta, Carmen Martínez Ten, durante la presentación de este informe. La complejidad de estos trabajos supone que se permitirá que los titulares de las centrales las realicen en un plazo de hasta cinco años. Pero, hasta que se llegue al objetivo final, se realizarán otras modificaciones a corto y medio plazo para ampliar los márgenes de seguridad de las plantas.

Por ejemplo, para hacer frente a situaciones de pérdida de la alimentación eléctrica, ya que en la actualidad algunas centrales contarían con una autonomía de apenas cuatro u ocho horas tras un accidente y el objetivo marcado pretende conseguir hasta 72 horas de funcionamiento autónomo. La pérdida de la alimentación eléctrica de Fukushima tras el tsunami que golpeó la central supuso que dejara de enfriarse el combustible atómico de sus reactores, desencadenando la catástrofe, la fusión de los núcleos.

Para hacer frente a esta contingencia, se revisarán las guías de actuación de los operadores, consideradas 'válidas en general, con alguna ampliación' por la directora de Seguridad Nuclear del CSN, Isabel Mellado.

Las compañías realizarán una «inversión importante»

También se modificarán las estructuras de las seis insta-laciones atómicas frente a terremotos, para que sean capaces de resistir seísmos con una aceleración de 0,3g (g equivale a la gravedad terrestre). En Lorca, se llegó a una aceleración de 0,36g, pero el CSN no cree que se pueda contemplar un terremoto de esa gravedad en el entorno de ninguna de las centrales españolas, porque 'no están sobre fallas activas', como sucedeen la localidad murciana.

Del mismo modo, se insta-larán baterías y equipos móviles que permitan hacer frente con garantías a episodios de inundaciones que pudieran surgir tras la rotura de una presa aguas arriba de las centrales. Se descarta que un tsunami pueda afectar a la central de Vandellòs (Tarragona), que refrigera su reactor con agua del Mediterráneo, ya que está a 20 metros sobre el nivel del mar.

Centro de apoyo

Por último, se levantará en Madrid un centro de apoyo en caso de emergencias en alguna de las centrales nucleares, que contará con personal especializado de guardia y con el material necesario para desplazarse e intervenir en cualquier central española en 24 horas.

El CSN, que ya ha remitido al Congreso y a la Comisión Europea el resultado del informe, enviará a principios de 2012 las instrucciones precisas a los titulares de las centrales en las que se les detallará cuáles son las mejoras o modificaciones concretas que deberán realizar. Más adelante, el CSN dará a conocer su análisis de la respuesta que podrían dar las instalaciones nucleares españolas ante otras agresiones externas, como choques de aviones comerciales y otros ataques malintencionados.

Aunque las modificaciones supondrán un gasto impor-tante para las empresas eléctricas dueñas de las centrales, Lentijo expresó que es algo que al CSN no le 'preo-cupa; serán los titulares los que decidan si les conviene o no realizar esas inversiones'.María Teresa Domínguez, presidenta del Foro Nuclear, que representa a estas compañías, aseguró a este diario que 'no se ha hecho el cálculo' de lo que costarán las obras, pero que se realizarán las inversiones teniendo en cuenta que las instalaciones tienen que 'seguir siendo viables y rentables'.

 

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