Los problemas estéticos como la papada, las bolsas en los párpados, las cejas caídas o la flacidez en el cuello y el escote son cada vez más motivo de consulta en las clínicas. Hasta hace pocos años, el único recurso para las personas que no estaban de acuerdo con su imagen y deseaban hacer un cambio era la cirugía o los tratamientos inyectables. Pero en la última década, tratamientos con láser o ultrasonidos están demostrando su efectividad al reducir el impacto de las intervenciones más complicadas.

La tecnología médica basada en los ultrasonidos multifocales intensos es un tratamiento de estética que es comparable a los liftings tradicionales, pero sin necesidad de una intervención quirúrgica. "La razón es que consigue penetrar en la capa más profunda de la piel, en la capa fibromuscular sobre la que se sustenta la piel, además de a la subcutánea y a la más superficial sin dañarlas", afirma Carlos San Martín, director y doctor especialista en Medicina Estética de la clínica Be Meditec de Madrid.

El tratamiento que han puesto en marcha en este centro aumenta la producción de colágeno y la síntesis de elastina, responsables de la estructura y firmeza de la piel, por lo que los resultados son más naturales, requiriendo un menor tiempo tras el tratamiento.

“La tecnología de SoftLIFT Hifu nos permite ver una imagen, parecida a la que se obtiene en cualquier ecografía, del estado intradérmico del área que vamos a tratar. Esto nos posibilita calibrar, en tiempo real, la energía ultrasónica que es necesario liberar en cada zona", explica, asegurando que en el 40% de las intervenciones los pacientes aprecian el “efecto lifting” inmediatamente después de la sesión, "aunque los máximos resultados van aumentando progresivamente a los dos o tres y hasta los seis meses".

Este especialista asegura que el tratamietno está orientado a pacientes que presentan unos niveles de flacidez y pérdida de tersura de leve a moderada, "ya que es en ellos donde los resultados son mayores". En los resultados finales intervienen múltiples factores como la herencia genética, la exposición al sol, tipo de alimentación y el consumo de tabaco. Cada sesión tiene una duración que no supera los 60 minutos y no requiere cuidados postoperatorios.