La compañía de neurotecnología Neuralink, propiedad del empresario Elon Musk, asegura haber implantado el primer chip cerebral en un ser humano. La operación tuvo lugar el pasado domingo 28 de enero y el multimillonario confirmó ayer en la red social X que el receptor del implante se está recuperando satisfactoriamente: "los resultados preliminares muestran una eficaz detección de picos neuronales", aseguró el magnate.

El chip, denominado Telepathy, tiene como función restaurar funciones cerebrales gravemente afectadas por patologías como infartos y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que derivan en graves daños en la capacidad comunicativa. La firma busca implantar también este tipo de dispositivo en el órgano más complejo del ser humano para ayudar a curar enfermedades como el alzhéimer o permitir que personas con enfermedades neurológicas controlen teléfonos u ordenadores con la mente, según asegura la BBC.

Este anuncio se ha dado nueve meses después de que la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) diera el visto bueno para que la empresa realizara estudios en humanos. En lugar de desarrollarse en una sola dirección, desde el cerebro hasta el exterior, los responsables de este proyecto aseguran que consigue trasladar de forma bidireccional la información directamente hacia el cerebro. Este avance podría hacer mejorar la calidad de vida de aquellas personas con discapacidades severas, si finalmente resultara viable.

Este tipo de procedimientos pueden dar lugar a efectos adversos. Esto ocurriría si, por ejemplo, los materiales introducidos entre las neuronas acaban dañándolas y generando tejido cicatricial a su alrededor. Así, podría originarse algún problema derivado de esta cicatriz, como un pequeño foco epiléptico. El debate está servido entre la comunidad científica.