Hace ahora justo 20 años nacía una insólita iniciativa digital de código abierto llamada LinEx, promovida más tarde por el Gobierno de Extremadura y fallecida por abandono en 2013. Aquel intento pionero de desarrollar una alternativa de 'software' libre en la digitalización de gobiernos, hogares y escuelas tuvo su momento de gloria para desaparecer gradualmente. No obstante, la idea de independizar el mundo digital de las grandes tecnológicas -sobre todo, estadounidenses- nunca murió, y ahora Barcelona quiere darle un nuevo impulso.

Durante los días 12, 13 y 14 de julio, la Ciudad Condal acoge un evento internacional abierto a cualquier persona interesada, gratis y libre, en el que se discutirán asuntos como los derechos digitales, la cultura y la educación tecnológica. Este 'curso' busca informar, difundir y animar debates necesarios acerca de asuntos como la soberanía digital, la propiedad de los datos o el uso de herramientas informáticas alternativas y más democráticas.

Porque el Ayuntamiento de Barcelona se quiere tomar en serio la dependencia tecnológica de las grandes multinacionales. ¿Es posible sacarle partido a internet sin necesidad de Google? ¿Podemos acceder a programas de escritura o de gestión informática que no sean de Microsoft? ¿Qué aplicaciones necesitamos y cuáles son las más honestas con nuestros datos? Todas estas preguntas tendrán respuesta en estas jornadas.

Ponentes nacionales e internacionales se reunirán durante este curso en el aula magna de la Universitat de Barcelona para, según una nota de los organizadores, "paliar un cierto vacío institucional y dotar a la comunidad educativa en su conjunto, a las y los legisladores y a la ciudadanía en general de herramientas para analizar los retos que afronta la educación ante una digitalización que ponga los derechos y las soberanía en el centro por diseño y por defecto".

El evento es de acceso libre para todo el mundo hasta completar el aforo. Asimismo, el profesorado que asista y quiera la acreditación de 20 horas de formación docente deberá inscribirse en la página de la Universitat de Barcelona.

Independencia tecnológica

"Hasta ahora no había tanta conciencia, al menos a nivel europeo, del modelo que operaba hasta ahora de dejar nuestros datos y toda nuestra huella digital en manos de compañías estadounidenses", comenta a Público Simona Levi, portavoz de Xnet, uno de los organizadores de este evento junto a Open Knowledge Foundation (OKFN), y añade que "a partir del confinamiento con la pandemia de Covid 19 la gente parece darse cuenta de esta situación". "Vemos que al menos en la UE eso se quiere revertir", apunta.

Tras años de intentar alertar de estos hechos, Xnet ha constatado que las instituciones han vuelto a tomarse en serio asuntos como la educación digital y la necesidad de independencia tecnológica. "Por ejemplo, en Alemania, se ha conseguido que en dos estados (Länders) se prohibiera el uso de Microsoft 365 en educación, pero les falta una herramienta que nosotros ya hemos desarrollado", apunta Levi.

Para esta activista, el interés que surge ahora no es tanto que las herramientas sean 'libres' sino que sean 'auditables', un paso clave hacia la transparencia en los procesos. "Sólo el 'software' libre es totalmente auditable", recuerda, y añade: "El foco también está puesto en la privacidad de los datos de los usuarios y también de los contenidos, algo que sólo podemos saber si conocemos cómo funcionan las herramientas y los servidores son domésticos".

Pero que nadie se asuste: este congreso no va a tratar sobre código puro y duro -aunque se presentará a nivel mundial la herramienta digital abierta DD-, sino que, sobre todo, se pondrá el acento en la capacitación digital que tienen que tener los docentes, especialmente aquéllos que imparten materias clásicas como Lengua o Historia, y que pueden ver esta obligación como una carga más que como un instrumento valioso y útil para su actividad.

"Es muy importante remarcar el componente humanista, de derechos humanos y de oportunidades para todos, que tiene esta aproximación a la educación digital, que se aleja del llamado 'tecnosolucionismo' -aprender el uso de una u otra tecnología- y queremos que las administraciones se acerquen a unos diseños de políticas de educación digital desde el humanismo", incide Levi.

El proyecto cuenta con el apoyo directo del Ayuntamiento de Barcelona, que aporta un tercio del dinero necesario para poder desarrollar la implantación y la capacitación para estas nuevas herramientas; no obstante, los organizadores también buscan el soporte de otras ciudades europeas para el desarrollo y mantenimiento del paquete DD de 'software' abierto que, incide Levi, tiene que ser "necesariamente público".