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Vuelve la normalidad a las calles de Beirut tras el acuerdo entre los libaneses

EFE

La animación regresa poco a poco a Beirut, donde la vida se ha normalizado gracias al acuerdo de Doha, que puso fin a la grave crisis desatada el 7 de mayo con enfrentamientos entre la mayoría y la oposición encabezada por Hizbulá.

El tráfico vuelve a ser denso, se nota cierta actividad en los negocios y el centro de Beirut recobra la vida tras el fin de la acampada que mantenía en esa área la oposición desde diciembre del 2006.

"Cómo no estar contentos cuando finalmente llegaron a un acuerdo que sacó al país del pozo en el que se encontraba", dijo a Efe Bilal Badran, un técnico electrónico.

Según él, "la seguridad en el Líbano depende de un acuerdo político y cuando éste se alcanza todo cambia".

Badran está convencido de que "de ahora en adelante habrá oportunidades de empleo, volverá a haber trabajo, los turistas regresarán y habrá dinero".

Este mismo optimismo lo comparte el ministro de Turismo, Joe Sarkis, que espera que el período estival sea floreciente.

Las reservas de los hoteles se mantienen y las compañías de aviación prevén vuelos suplementarios hacia el país, dijo el ministro a "Radio Líbano".

Pero este optimismo no lo comparte la profesora Usama, de la Universidad Libanesa, quien asegura que "es verdad que ahora se puede respirar, pero persiste una cierta inquietud. No hay que mirar sólo un paso adelante, sino también hacia el futuro".

"El sectarismo es cada vez más fuerte. La ley electoral debería haber sido diferente", aseveró, y aseguró que se siente "humillada por la imagen de nuestros líderes en el avión qatarí. Parecían estudiantes guiados por profesores".

El acuerdo concluido por los líderes libaneses terminó con la fórmula "no hay vencedores ni vencidos", pero varios analistas aseguran que el grupo chií salió con ventaja, ya que pudo obtener el derecho de veto en el próximo gabinete y conservar sus armas.

El jefe del Parlamento, Nabih Berri, fijó la elección presidencial para el 25 de mayo, fecha que coincide con el octavo aniversario de la salida de las tropas israelíes del sur del Líbano tras una ocupación de 22 años.

Entretanto, continúan los preparativos en previsión para la elección del jefe del Ejército, Michel Sleiman, a la primera magistratura del Estado, puesto vacante desde noviembre pasado.

El Ejército comenzó ayer a retirar las alambradas de espino, que protegían la sede del Gobierno en el centro de Beirut tras el desmantelamiento del campamento instalado en diciembre del 2006 por la oposición en dicha área.

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