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Vuelve la fiesta a Wall Street

Los desmanes que condujeron al ‘crash’ se repiten y algunos culpables de la crisis disfrutan sin rendir cuentas de las fortunas ganadas con el desastre

PERE RUSIÑOL

Bernard Madoff está entre rejas, pero la fiesta ha vuelto a Wall Street. Y pese a algunas quejas aisladas, algunos dj incluso pinchan los mismos temas que tanto éxito les dieron antes del crash: bonus muy generosos y a corto plazo, grandes beneficios basados en la ingeniería financiera y esquinazo a una mayor supervisión.

Muchos de los ejecutivos que más contribuyeron a alimentar la burbuja disfrutan de las indemnizaciones multimillonarias logradas cuando ya estaba claro que habían hundido su empresa. O han encontrado un nuevo empleo. O ambas cosas a la vez, con lo que el negocio personal que han hecho con la crisis es redondo: ahí está Stan O’Neal, por ejemplo, que dejó el banco de inversión Merrill Lynch a cambio de 114 millones de euros y ya está pluriempleado en Alcoa Inc, tercer productor mundial de aluminio, y American Beacon Advisors, una firma de inversores. O Charles Prince: se embolsó 28 millones al dejar Citigroup y es vicepresidente de la consultora Stonebridge.

Ahora se ha sabido que en 2008, en plena tormenta y con el dinero público tapando los parches de Wall Street, el reparto de bonus siguió a mansalva. Una investigación del fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, ha descubierto que 1.600 ejecutivos de los grandes bancos socorridos por el Gobierno de Estados Unidos se repartieron en medio del chaparrón más de un millón de dólares extra cada uno. Y de ellos, 200 sumaron más de tres millones extra.

Los bonus han vuelto ya sin disimulo y con más fuerza que nunca, pese a las advertencias de los políticos europeos. Todas las grandes firmas de Wall Street han regresado a su vieja práctica, incluso aumentada. Goldman Sachs, por ejemplo, planea pulverizar en casi el 20% su propio récord de bonus, establecido en 2006, en plena burbuja: llegará este año a los 7.750 millones de euros. La tendencia es la misma para todos.

Martin Wolf, prestigioso editorialista del diario liberal británico Financial Times (FT), ha dejado clara su desazón: “Daría miedo que los banqueros volvieran a tener las manos libres, pero ésta es la impresión que tengo”, ha escrito.

Y más: “Lo que ha emergido de la crisis es un sistema financiero todavía peor que el que la provocó. Los supervivientes forman un oligopolio de monstruos financieros demasiado grandes y demasiado interconectados para que nadie les haga sombra”.

1.600 ejecutivos se llevaron un millón cada uno en plena crisis

Los nuevos bonus se justifican en la vertiginosa recuperación de los mercados, que a su vez permiten a las firmas en peligro volver a los beneficios, devolver los préstamos y escapar del control público para poder seguir operando como antes de la crisis. Según el Financial Times, nunca desde la II Guerra Mundial había subido tanto la bolsa después de una crisis: a los 100 días del momento más bajo, ya se había recuperado el 50%.

El problema es, advierte Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, que este supuesto milagro “se consigue utilizando los mismos mecanismos de ingeniería financiera y especulativos que llevaron a la crisis”.

Los fondos de riesgo han multiplicado los gastos de ‘lobby’

“Algunos de estos mecanismos, que hincharon la burbuja antes y que vuelven a utilizarse ahora, se parecen en realidad bastante a la pirámide ilegal que creó Madoff”, apunta Torres. Y concluye: “Se tardó tanto en detectar lo de Madoff, pese a que hubo inspecciones, porque había muchas prácticas parecidas en Wall Street”.

La mejora bursátil se basa en la especulación, según algunos expertos

El catedrático Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), tiene puestas sus esperanzas en los esfuerzos europeos –Gordon Brown, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy– para que al menos se limiten los bonus y mejore la supervisión. “Estamos aún en fase de evaluación de daños, pero el sistema bancario no saldrá de rositas”, opina.

¿Y Estados Unidos, el epicentro de la fiesta loca? “Allí va a ser más difícil”, admite Ontiveros. Los hedge funds –las firmas de inversión de alto riesgo que muchos responsabilizan en parte de la crisis– están movilizados como nunca en Washington: la principal patronal, Managed Funds Associations, ha fichado a destacadas personalidades republicanas y demócratas –el último, un estrecho colaborador del senador demócrata por Nueva York Charles Schumer– y acaba de contratar a uno de los lobbies más prestigiosos de la capital estadounidense: Brownstein Hyatt Farber Schreck.

Y eso que, según el Center for Responsive Politics, entre 2006 y 2008 los hedge funds ya multiplicaron por más de seis los fondos gastados en tareas de lobby en Washington. Los viejos hits parecen tener mucho futuro.

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