Al menos 46 personas murieron el viernes cuando un conflicto de origen étnico estalló en Osh, la segunda mayor ciudad de Kirguistán, en el peor hecho de violencia en el país de Asia Central desde que su presidente fue derrocado en abril.

El Gobierno interino de Kirguistán, país que alberga bases militares de Estados Unidos y Rusia, declaró estado de emergencia en Osh y en varios distritos rurales después de que cientos de jóvenes se enfrentaron con armas y hierros, incendiando tiendas en la ciudad.

Una portavoz del Ministerio de Salud kirguiz señaló que 646 personas han resultado heridas y que 419 de ellas se encuentran en un hospital.

Una corresponsal de Reuters dijo que el vecindario uzbeco de Cheryomushki estaba en llamas. Agregó que tarde el viernes y tras una breve pausa, estallaron enfrentamientos aún más violentos entre kirguisos y uzbecos.

"Muchas personas están construyendo barricadas. Vi una multitud incendiando dos grandes restaurantes y un supermercado", relató.

El Gobierno, liderado por Roza Otunbayeva, envió soldados y vehículos armados para frenar a las bandas que transitaban por las calles con palos, piedras y cócteles molotov tras una noche de violencia.

"Lamentablemente para nosotros, claramente estamos hablando sobre un estancamiento entre dos orígenes étnicos. Necesitamos (reunir) fuerzas y medios para detener y calmar a estas personas y eso es lo que estamos haciendo en este preciso momento", dijo a reporteros Otunbayeva en la capital Biskek.

Otunbayeva señaló que multitudes de personas "sospechosas" estaban llegando a Osh "desde todas las direcciones", pero no hizo referencia a etnias. Las tensiones políticas entre el sur agrícola y el norte de Kirguistán también se mantienen junto a rivalidades étnicas y de clanes.

Los renovados disturbios en la empobrecida ex república soviética avivarán la preocupación entre potencias como Rusia, China y Estados Unidos, que utiliza sus bases aéreas en el norte del país -a unos 300 kilómetros de Osh- para abastecer a sus fuerzas en Afganistán.