Los líderes de la Unión Europea resolvieron el viernes una disputa sobre financiación para consensuar una posición negociadora única en las conversaciones para un acuerdo global sobre la manera de combatir el cambio climático.

Los líderes dijeron que el pacto, alcanzado en una reunión en Bruselas, mejorará las posibilidades de éxito de llegar a un acuerdo en la cumbre del clima de Copenhague en diciembre sobre el plan que debe suceder al Protocolo de Kioto, el programa contra el cambio climático de Naciones Unidas.

"Hemos conseguido hoy llegar a un acuerdo", dijo el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, cuyo país ostenta la presidencia de la UE hasta final de año, en una rueda de prensa.

Reinfeldt dijo que la decisión dio al bloque de 27 países una posición negociadora fuerte y "permite a la Unión Europea seguir tomando la iniciativa en las negociaciones, una posición que alienta a otros a seguir su paso".

Los líderes de la UE dieron pocos detalles del pacto alcanzado para superar una división entre Europa oriental y occidental.

Pero Reinfeldt dijo que habían aceptado que las naciones en desarrollo necesitan alrededor de 100.000 millones de euros al año de aquí al 2020 para combatir el cambio climático.

De esa suma, unos 22.000-50.000 millones de euros tendrán que venir de fondos públicos, en contraposición a la industria, dijo.

La presidencia de la UE ha elaborado propuestas revisadas después de que las negociaciones se rompieran el jueves, en gran parte a causa de la ruptura entre los nueve países de Europa oriental y los estados más ricos sobre cómo debe ser compartida la carga.

La financiación es fundamental para las opciones de éxito en Copenhague porque los países en vías de desarrollo dicen que no se adherirán a la lucha contra el cambio climático sin fondos suficientes de los países ricos.

Los países más pobres de la UE en Europa oriental había dicho que querían saber cuánto tendría que poner antes de llegar a un acuerdo sobre financiación.

Muchos estados de la UE habían dicho que las cifras acordadas ahora animarán a otros países, como Estados Unidos, a seguir su ejemplo. Pero Alemania tenía la esperanza de esperar a que otras potencias mundiales hubieran dicho cuánto aportarán.