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Tinduf se blinda casi dos meses después del secuestro de tres cooperantes

EFE

Casi dos meses después del secuestro de dos españoles y una italiana en los campos de refugiados de Tinduf, las autoridades saharauis han impuesto unas medidas de seguridad draconianas que, sin embargo, no han logrado calmar los ánimos de algunos cooperantes que reconocen sentirse aún atemorizados.

"Tenemos miedo. Ese episodio marcó nuestros espíritus y algunos de nosotros estamos traumatizados. Pensábamos que los secuestros sólo ocurrían en Níger o en Mali, pero el hecho es que han llegado hasta aquí, dentro de los campos saharauis, eso ha aterrorizado a muchas personas", manifestó a Efe una cooperante española que se identificó como Marta.

La noche del 22 de octubre, un grupo de hombres armados se internó en Rabuni, en la capital administrativa de los campamentos de Tinduf (Argelia), y se llevaron a punta de pistola a los españoles Ainoa Fernández y Enrique Gonyalons, y a la italiana Rossella Urru.

Por su parte, Andreu, otro cooperante español explica que la reciente aparición de un breve vídeo en el que aparecen los tres secuestrados ha sido tranquilizadora.

"No he visto el vídeo, pero me han confirmado que ha sido difundido y que nuestros compatriotas están vivos. Esto nos ha causado, tanto a mí como a todos los que estamos aquí, cierta tranquilidad de saber que están vivos", declaró.

Sin embargo, dicha tranquilidad se mezcla con un sentimiento de zozobra cuando se plantean el tiempo que puede durar el secuestro o se preguntan por la suerte que correrán en manos de los captores.

Gema, otra activista barcelonesa, que lleva dos semanas en los campamentos, asegura que "el gobierno español debe hacer todo lo posible por garantizar la integridad física de los secuestrados y por liberarlos".

Aunque reconoce que en una cuestión muy delicada, defiende la idea de pagar un rescate si es necesario.

En este sentido, hace tres días, el ministro mauritano de Defensa, Mohamed uld Mohamed Radi, pidió a los países occidentales que no pagaran rescate para liberar a los rehenes con el objetivo de "contribuir a secar las fuentes de financiación del terrorismo y desanimar a los que hacen del delito un modo de ganar dinero".

Por otra parte, los tres cooperantes comentan que desde lo ocurrido, la vida en los campamentos se ha vuelto un poco más complicada, especialmente en relación a la libertad de movimientos, que, tal y como aseguran, se ha visto reducida.

Explican que los dispositivos de seguridad establecidos por las autoridades saharauis son mayores y que los desplazamientos, tanto dentro de los campamentos como fuera han ido disminuyendo.

Los cooperantes occidentales que deben desplazarse están obligados a ir acompañados por miembros de las fuerzas de seguridad y ciertos lugares les están vetados, como medida de precaución.

Además, incluso si están acompañados, no deben abandonar sus residencias más allá de las siete de la tarde y ningún vehículo civil está autorizado a circular en el campamento después de las 11 de la noche.

El embajador de la república saharaui en Argel, Brahim Ghali, confirmó a Efe este aumento palpable de las medidas de seguridad, sobre todo en Rabuni, donde se encontraban los ciudadanos secuestrados.

Ghali explicó que, además de que los desplazamiento sin acompañantes no están autorizados, se han multiplicado los puestos de control "para verificar quien entra y sale de los campamentos".

El nuevo dispositivo de seguridad, también participan efectivos del Ejército junto a la Policía.

"A pesar de esto", asegura Ghali, "la llegada de occidentales de asociaciones y organizaciones ha aumentado sensiblemente entre mediados de noviembre y la primera semana de diciembre".

Para el diplomático saharaui, el secuestro de los tres occidentales no ha desanimado a los trabajadores humanitarios "que continúan llegando a los campos por decenas, desafiando al miedo, y mostrando su indefectible amistad por el pueblo saharaui".

Asimismo, reveló que las autoridades saharauis están en la "última fase de las investigaciones" sobre el secuestro, que deberán arrojar luz sobre lo sucedido.

"Creo que la difusión del vídeo en el que aparecen los rehenes significa que nos acercamos a la verdad", agregó Ghali, que calificó lo sucedido de "acto terrorista contra los amigos pacifistas" del pueblo saharaui.

Según el sitio mauritano de información Sahara Media, se ha identificado al ciudadano mauritano Hamada uld Mohamed Jairi como el supuesto cabecilla del autodenominado grupo "Monoteísmo y Yihad en el oeste de África", que se ha responsabilizado del secuestro de los dos cooperantes españoles y la italiana.

Por Samir Knayaz

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