Pese a la rebaja de la nota de España por parte de Standard & Poor's (S&P), el Tesoro Público logró colocar ayer deuda sin problemas y lo hizo, además, rebajando los intereses por cuarta vez consecutiva. Se adjudicaron 3.007 millones de euros en letras a un año con un interés marginal del 2,15%, frente al 4,088% anterior, y otros 1.873 millones a un año y medio con una rentabilidad del 2,49%, frente al 4,25% precedente. En ambos casos, es el interés más bajo desde octubre de 2010.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que calificó de 'bastante positiva' la subasta dado el complejo entorno económico, aclaró que esta no fue 'más allá' por una cuestión de vencimientos futuros y porque España no necesita ahora más liquidez. En la anterior emisión, se colocaron 10.000 millones (el doble de lo previsto) también a menor interés. Aun así, el objetivo de la emisión se cumplió con creces, ya que oscilaba entre 4.000 y 5.000 millones, y la demanda volvió a batir las expectativas al superar los 16.700 millones.

La rebaja de los intereses puede atribuirse a que la decisión de S&P estaba descontada por el mercado y a que la banca, principal compradora de estos productos, va sobrada de la liquidez masiva que le presta el Banco Central Europeo (BCE) a muy bajo interés (1%) y a tres años. Un dineral que las entidades no están utilizando para dar créditos: los bancos de la zona euro tenían ayer depositada en el BCE la cifra récord de 501.933 millones, lo que refleja la persistente desconfianza entre las entidades, que prefieren salvaguardar sus recursos en la hucha de la entidad a buscar mayores rendimientos mediante inversiones y préstamos.

Tras la subasta de ayer, la prima de riesgo (diferencial entre el bono español a diez años y su homólogo alemán) bajó ligeramente, al situarse en 334 puntos básicos, frente a los 338 de la apertura. El jueves, el Tesoro subastará bonos con vencimiento en 2016 y obligaciones con vencimiento en 2019 y 2022. Espera adjudicar entre 3.500 y 4.500 millones de euros.