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Temor por falta de alimentos empuja a madres a los suplementos

Reuters

Por Anne Harding

Las madres preocupadas porconseguir suficiente comida para su familia son más propensas adarles a sus hijos "alimentos compensatorios", como suplementosenergéticos y estimulantes del apetito, publicó la revistaPediatrics.

"Con esas conductas compensarían la falta de alimentoperiódica para sus hijos", dijo a Reuters Health la autoraprincipal del estudio, la doctora Emily Feinberg, de la Escuelade Salud Pública de la Boston University.

En el 2006, explicó el equipo dirigido por Feinberg, el15,6 por ciento de las familias estadounidenses con hijospadecieron inseguridad alimentaria, es decir, preocupación porel acceso a los alimentos, problemas para acceder a ellos, odependencia de alimentos "adquiridos a través de mediossocialmente inaceptables".

La inseguridad alimentaria está asociada con el sobrepesoen las mujeres adultas, pero se desconoce si esa relaciónexiste entre los niños.

Para investigarlo, el equipo entrevistó a 306 mujeresafroamericanas y haitiano-estadounidenses urbanas con hijos deentre 2 y 13 años. Los autores hallaron que la inseguridadalimentaria y la obesidad infantil son más frecuentes en lasfamilias negras que en la población general.

El equipo analizó cinco conductas de compensación dealimentos que las madres usan para contrarrestar la inseguridadalimentaria y que favorecerían el sobrepeso infantil.

Esas prácticas incluían: insistir en que los niños coman,limitar el acceso a ciertos alimentos, usar suplementosenergéticos, agregar azúcar y darles a los hijos estimulantesdel apetito, como vitaminas y tés.

El 28 por ciento de las familias en el estudio padecíainseguridad alimentaria. Las familias haitiano-estadounidenseseran más propensas que las afroamericanas a mencionarlo.

El 25 por ciento de las familias dijo que usaba suplementosenergéticos como PediaSure, Carnation Instant Breakfast oMalta; el 13 por ciento usaba azúcar agregada y el 13 porciento utilizaba estimulantes del apetito.

Las madres de familias con inseguridad alimentaria eran dosveces más propensas a darles a sus hijos suplementosenergéticos, como PediaSure o Carnation Instant Breakfast, ytres veces más propensas a darles estimulantes del apetito.

Ellas eran también dos veces más propensas a insistirles asus hijos que coman y a agregarles azúcar a las bebidas. Contodo, la relación entre esas conductas y la inseguridadalimentaria no fue estadísticamente significativa.

Aunque el estudio no aportó evidencias de que alguna de lasprácticas alimentarias promovía el sobrepeso en los niños,Feinberg señaló que tenderían a crear un entorno que "nofomenta el peso óptimo".

Es más, dijo, los suplementos energéticos y losestimulantes del apetito podrían ser muy costosos.

Según el estudio, los médicos deberían preguntarles a lospadres sobre el acceso a los alimentos y si existen momentos enlos que no pueden obtener la comida adecuada para sus hijos.

Cuando las respuestas revelen que una familia padeceinseguridad alimentaria, los médicos deberían hacer todo loposible para ponerla en contacto con recursos alimentariosestatales.

El equipo aspira a analizar la inseguridad alimentaria ylos hábitos alimentarios en un grupo de familias étnicamentemás diverso.

"Imaginamos que en otras etnias y culturas esas prácticasserían diferentes e importantes para identificar y comprendercómo podrían afectan la alimentación de los niños", dijoFeinberg.

"Dada la situación económica actual, deberíamos esperar quemás familias sufran inseguridad alimentaria y más estrés altratar de encontrar cómo compensar otras épocas de falta dealimentos", finalizaron la autora.

FUENTE: Pediatrics, octubre del 2008

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