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El secreto de domar el viento

La investigación y posterior desarrollo del chasis del BGP001, el coche de Button y Barrichello, sonroja a las grandes escuderías

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Cuando el pasajero de un coche que circula por una autopista saca la mano por la ventanilla con la palma hacia abajo y la deja muerta, el viento provocado por la velocidad del vehículo la empuja hacia arriba.

Es uno de los principios que, de forma sencilla, explica por qué vuelan los aviones. Los bólidos de Fórmula 1 juegan con ese mismo efecto, pero al revés: sus diseños deben burlar la resistencia del viento y, a la vez, aprovecharse de ella para que el vehículo se agarre todo lo posible al suelo. Es la aerodinámica, la especialidad de Ross Brawn, ingeniero y director de la escudería que lleva su apellido.

Esa doble misión de engaño y beneficio es justamente la razón de ser del difusor, la pieza de moda en el Mundial tras el histórico doblete de los pilotos de Brawn GP, Button y Barrichello, primero y segundo en el G. P. de Australia disputado el domingo.

El artilugio que acapara suspicacias y elogios por igual se sitúa en la parte trasera de los coches. Su función es evacuar el aire atrapado bajo los bólidos y, con ello, ayudar a que la máquina circule adherida en lo posible al asfalto.

Interpretando al límite el nuevo reglamento, Brawn diseñó un difusor con una generosa abertura central en forma de uve. Lo que consigue con ello es un doble efecto de extracción de aire y un extraordinario agarre en las curvas, precisamente las zonas donde se ganan las carreras. Button y Barrichello circulan sobre raíles y ello les permite pisar el acelerador con más alegría que el resto a la entrada y salida de cada giro.

Similar misión tienen el resto de piezas aerodinámicas. Con el alerón delantero, se busca dirigir y controlar el impacto inicial del viento y, cómo no, aprovecharlo para fijar el coche al suelo. Además, se protege en lo posible la resistencia de las ruedas delanteras al aire.

Para esto último, Brawn también se ha inventado unos novedosas cavidades en los laterales del alerón frontal, otra genialidad si se tiene en cuenta que este año esa pieza ha pasado de ser fija a variable: los pilotos pueden regularlo un máximo de dos veces por vuelta.

El BGP001 ofrece una imagen compacta, aerodinámicamente uniforme y bella.

El alerón trasero es la última esclusa con la que se encuentra el aire cortado por los veloces autos, así que su misión principal es proporcionar agarre. Por eso varía en tamaño y altura según las características de cada circuito.

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