Su primer largometraje, "Azuloscurocasinegro", fue una de las sorpresas del cine español en 2006 y merecedor de tres premios Goya; ahora Daniel Sánchez Arévalo rueda "Gordos", una comedia en la que mostrará a Verónica Sánchez y a Antonio de la Torre con varios o muchos, según el caso, kilos de más.

El rey del cortometraje español confiesa a Efe que "Gordos", una comedia coral que cuenta cinco historias relacionadas con el sobrepeso, le "ha salido algo larga".

El proyecto, cuyo estreno está previsto para 2009, es ambicioso: Más de 3,5 millones de presupuesto -sólo tres películas españolas lograron recaudar tal cantidad de dinero en taquilla en 2007- y la responsabilidad de saber que esta historia le obliga a arriesgar más que su ópera prima.

En "Gordos", la obesidad sirve al director y guionista como metáfora de "todas las contradicciones que sufrimos a diario, las cosas a las que nos sometemos sin quererlo por miedo a que nos hagan daño y la coraza con la que nos protegemos de ese dolor", apunta.

En ella, ha hecho engordar más de 30 kilos a Antonio de la Torre, protagonista de casi todos sus proyectos cinematográficos y con quien compartió victoria en la ceremonia de los Goya de 2007, en la que resultaron ganadores como mejor actor de reparto y mejor director novel con "Azuloscurocasinegro".

De ahí que el rodaje de esta película, iniciado el pasado mes de diciembre, haya tenido que transcurrir por fases, para que Verónica Sánchez pudiera ganar paulatinamente el peso propio de una mujer embarazada, y que de ese modo sólo su tripa fuera postiza.

"'Gordos' es más cómica que mi anterior película, pero también es más dramática", explica Sánchez Arévalo, quien ve en la obligación de conciliar dos géneros que en esta ocasión están más distantes algo imprescindible, a través de "una base dramática sólida, que impida caer en lo obvio y que no convierta la historia en una comedieta".

El director madrileño, con celebrados cortometrajes como "Exprés" y "Física II" en su filmografía, es el claro ejemplo de la pujanza actual en el cine español de los jóvenes valores, procedentes en su mayoría del corto. Para él, lo demuestra que las mejores películas del 2007 fueron dos óperas primas, "Yo", de Rafa Cortés, y "Bajo las estrellas", de Félix Viscarret.

De hecho, entre sus dos largometrajes Daniel Sánchez Arévalo ha rodado otro corto, "Traumología", no sólo por compromiso con esa parte de la industria cinematográfica, sino porque "el cortometraje no debe entenderse como una fase previa a la consolidación de un cineasta, ni todas las historias pueden contarse en 90 minutos".

En cuanto a su labor como guionista, fue en sus inicios en televisión donde aprendió a "lidiar con todo tipo de limitaciones", ya que, considera, la ficción televisiva en España está restringida por las exigencias de las cadenas y productoras y por los escasos presupuestos, "lo que obliga al guionista a potenciar su imaginación al cubo. Es como aprender a jugar al fútbol con naranjas, por eso los jugadores brasileños son tan buenos", compara.

Y curiosamente es el guión de "El mal ajeno", un drama médico con elementos sobrenaturales que ha escrito para el debut de su amigo Óskar Santos, el que considera su trabajo más complejo en este campo, porque se sale de lo que es su universo particular y, porque con él se ha "autocensurado mucho menos" que con una historia que luego tenga que dirigir él mismo.

El proceso contrario es el que vivió al rodar un guión de Julio Medem en 2004 en el proyecto "50 minutos", donde cineastas consagrados apadrinaban a otros más jóvenes en la realización de varios cortos.