Periodista, escritor, guionista, humorista... La actividad profesional de Máximo Pradera (Madrid, 1958) lo abocaba irremediablemente a hacerse una cuenta en Twitter. Así lo hizo hace tres años, gracias a una amiga, y ahora es una referencia diaria de mordacidad en la red y un habitual de Tremending Topic. Muy recordado por su etapa en el programa 'Lo + Plus', ya antes había sido fundador del programa de radio 'Lo que yo te diga'. Hoy es nuestro tuitero de la semana.
-¿Cómo empezaste en Twitter? ¿Cuánto tiempo dedicas a tuitear o a leer en esta plataforma?
Al principio no me interesaba, pero una amiga de Facebook, Mariana Jurado (@nytajm) me insistió en que tenía que estar. La primera vez que llegué a Twitter no entendí nada y regresé a Facebook con cara de tonto. A instancias de mi amiga, lo volví a intentar y ya vi la luz. Facebook es el colegio; Twitter, la universidad. Aunque ahora me sigue mucha gente, no estoy en Twitter por la vanidad de ser seguido, sino por la admiración que profeso a los que sigo. Lo que me ata de verdad al pajarito azul es la información. Periodistas como Nacho Escolar, Jesús Maraña o Fernando Garea hacen que estar en Twitter sea muy estimulante. Como paso mucho tiempo ante el ordenador, para escribir mis cositas, entro y salgo mucho de Twitter. Para que te hagas una idea, durante esta última respuesta he entrado y salido ya una docena de veces.
-¿En tu opinión cómo ha influido Twitter en el periodismo?
-Espera, que estaba en Twitter y no me ha dado tiempo a leer tu última pregunta. ¿En el periodismo, dices? No lo sé. Ha influido en mi estado de ánimo, porque son tiempos difíciles, oscuros, deprimentes: estamos, literalmente, en guerra. En guerra contra los estafadores institucionales. En una guerra, además de no morir, lo más importante es sentir que no estás solo ante el enemigo, que son los gánsteres que han expoliado el país. Twitter es mi señorita de compañía, porque la televisión se ha vuelto insoportable. Hasta cuando es buena, no deja de ser una copia de Lo + Plus, je, je.
-¿Y en el humor? ¿El futuro del humor está en Twitter?
En la red hay humoristas excelentes, tanto en política como en relaciones sociales y sentimentales. Como Twitter no tiene que responder a diario ante los anunciantes, es un medio mucho más libre, donde cabe a diario lo políticamente incorrecto.
-¿Qué es lo mejor y lo peor de Twitter? ¿Qué mejorarías de la herramienta?
Lo peor son los camorristas. Lo mejor es que me los he merendado a todos. Tertsch, Sostres, Santiago González no son ya más que un montón de escoria tuitera, que se cuece en el caldero de pez hirviendo de mis bloqueados.
En Twitter es indispensable poder borrar comentarios, como se hace en Facebook. No llevo bien que, para poder eliminar un comentario molesto o inoportuno, haya que bloquear a un tuitero interesante.
-¿Qué opinas del humor negro en las redes sociales? ¿Hay límites que no deben cruzarse a la hora de hacer humor?
Hay límites que no deben cruzarse en el humor, pero no porque resulte ofensivo, sino porque el humor deja de ser eficaz. Un buen chiste es un relámpago mental que pone al descubierto, aunque sea durante unos pocos segundos, una verdad inconfesable, una situación absurda o una contradicción oculta. Si el relámpago es demasiado fuerte, ciega también los ojos de aquellos a los que pretende iluminar. ¿Quién quiere eso? En Twitter rigen los mismos derechos y deberes que en otros medios de comunicación. Uno de ellos es el derecho al honor y a la propia imagen. Algunos tuiteros creen que como Twitter es gratis y llevar a alguien a los tribunales cuesta dinero, te puedes pasar con el otro todos los pueblos que quieras. Total -piensan- las probabilidades de que me demanden son muy escasas. Yo no. Cuando se me inflige un daño objetivo, voy a los tribunales a buscar una reparación. Y ahí soy letal, porque conozco muy bien el derecho español.
-¿Te arrepientes de haber escrito algún tuit?
Arrepentirse es una palabra muy de moda, igual que lo de pedir perdón. Yo soy el puto preso nº9. El que le cantaba al cura Padre, no me arrepiento, ni me da miedo la eternidad. No sólo no me arrepiento de ningún tuit, sino que he hecho que otros se arrepientan de los suyos. Salvador Sostres, por ejemplo, se fue de Twitter después de ver que no podía conmigo.
-¿Alguna anécdota o curiosidad que te haya pasado en relación con Twitter?
'Mi foto ante la casa de Hermann Tertsch forma parte de mi guía turística 'El Madrid de los Fachas''
Lo más comentado hasta la fecha ha sido mi foto ante el portal de Hermann Tertsch, haciendo el saludo fascista. Mucha gente lo vivió como si yo estuviera señalando la casa de Tertsch, para que luego un escuadrón de la muerte lo linchara. Lo cierto es que si encontré la casa de Tertsch es porque él mismo le ha puesto a su empresa el nombre y número de su domicilio. ¿Se puede ser más capullo? Yo no estaba señalando el domicilio de mi supuesta víctima, que se ahorca él solito todos los días, cada vez que abre la boca. Esa foto forma parte de mi guía turística 'El Madrid de los Fachas'. ¿Si existe un 'Madrid de los Austrias', por qué no también uno de los Fachas, y que se puedan hacer visitas guiadas para rendir un homenaje irónico a nuestros fanáticos más ilustres? Si se tomó como un señalamiento nazi es porque en España se practica el periodismo de deseos: publican no lo que es, sino lo que les gustaría que fuese. A La Caverna le habría gustado que mi tuit fuera delictivo, para poder llevarme ante el juez. Pero como es festivo tratan de ajustarte las cuentas en Twitter o en esos nauseabundos blogs en los que hozan y gozan a diario, como gorrinos mediáticos.
-Has trabajado en multitud de medios, pero eres muy recordado por tu etapa en 'Lo + Plus', un programa que marcó una época y que fue innovador en muchos sentidos ¿Con qué te quedas de esos años?
Me quedo con lo que yo intuía que iba a pasar el día de mañana, cuando estábamos haciendo el programa: que 'Lo + Plus' sería recordado aunque hubiesen pasado muchos años (¡yo me fui hace 15!) y ya no estuviese en antena. No sé si era un gran programa, pero era fresco y por eso lo echa la gente de menos. Era pan mediático del día, hecho con mucho amor y entregado a domicilio en todos los hogares que tuviesen tele, porque era en abierto.
-Uno de tus tuits más celebrados es este: 'Un embrión llegará a convertirse en una persona lo mismo que yo llegaré a ser un cadáver. Eso no lo convierte en un niño ni a mí en un muerto'. Precisamente el pasado fin de semana hubo otra manifestación antiabortista. ¿Por qué crees que un tema tan del pasado vuelve a ser objeto de debate?
Una vez tuve una novia antiabortista. Pero estaba en contra de su aborto, sólo me dio el coñazo a mí. Los antiabortistas peligrosos son de otro tipo: son los que quieren que sus convicciones religiosas o filosóficas se conviertan en una Ley del Estado, para empezar a meter a gente en la cárcel por las mismas cosas que ellos se van luego a hacer a Londres. Tampoco creo que el aborto sea un derecho positivo, como el de manifestación o el de huelga. El aborto es una obligación del Estado: el Estado se obliga a garantizar que toda mujer que en el plazo estipulado decida interrumpir su embarazo, pueda hacerlo en las mejores condiciones y al menor costo posible. ¿Por qué vuelve a ser objeto de debate? Porque La Caverna no es demócrata. Ganaron la Guerra Civil, siguen creyendo que España es suya y la democracia es sólo un peaje molesto que pagan a regañadientes para que nos dejen ser parte de Europa. El aborto vuelve porque la derecha que no es fascista es hipócrita: todo se puede hacer, pero a escondidas, para no molestar a los obispos.
-¿Qué te parece toda la historia en torno al Pequeño Nicolás?
'Cuando es buena, la tele no deja de ser una copia de 'Lo + Plus''
-Una historia berlanguiana, que espero que tenga, además, ribetes homosexuales, para que el culebrón sea completo ¿no?
-Llevamos unos meses con un rosario de escándalos de corrupción que parece no tener fin... ¿Cómo crees que podemos acabar con esta lacra?
Dejando que actúe Rosa Díez, es como el Cucal para los corruptos. Ahora en serio: lo que está cambiando es el nivel de tolerancia hacia la corrupción. Ya no se pasa ni una ¿sabes por qué? Porque ya no hay dinero en manos de los consumidores. El dinero a espuertas actúa como un anestésico moral. ¿Que alguien se lo estaba llevando? Los ciudadanos entendían que para que a ellos les fuera bien, a otros les tenía que ir mejor, y no se hacían preguntas. Ahora que los bolsillos están en carne viva, el dolor es insoportable y la ciudadanía quiere que alguien pague por su sufrimiento, o que al menos no se ría de él.
-¿Cómo interpretas el momento político que vivimos, con lo que parece el hundimiento de los partidos tradicionales, según las encuestas?
Tuve ocasión de hablar largo y tendido sobre este asunto con Rubalcaba y Valenciano antes de su defenestración. Ambos son castaza y no entendían que ésta no es una crisis más, esto es una guerra. O se gana, o se pierde, esto es a muerte. Los nazis de ahora son los mercados, que por cierto, tienen nombres y apellidos. O mandan ellos, o mandan los ciudadanos, no hay término medio. Fredi y Elena estaban muy pendientes de no escorarse demasiado a la izquierda, porque decían que ese era el error que habían cometido los partidos socialdemócratas europeos en el pasado: perdían las elecciones, se volvían más rojos y eso hacía que tardaran veinte años en regresar al poder, porque los votantes no querían extremistas. Puede que fuera un razonamiento válido para las crisis cíclicas del pasado, no para ésta. Y ese error ha acabado para siempre con sus carreras políticas. Ahora hace falta radicalidad, en el sentido de que hay que ir a la raíz del problema, que es que tenemos una democracia de mierda. Rajoy ha dado un golpe de estado electoral que en vez de durar 40 años, como el de Franco, va a durar 4. Pero las consecuencias de tanto desatino se harán sentir en España durante décadas.
-Hace poco has publicado 'Madrid Confidencial', un libro en el que cargas contra la nefasta gestión de Gallardón y Ana Botella en Madrid. Botella ya ha anunciado que no se presentará al cargo y Gallardón dimitió como ministro de Justicia...
'Ana Botella no es más que un fantoche con un collar de perlas'
Ana Botella no existe políticamente, no es más que un fantoche con un collar de perlas. Es una señora ignorante y de derechas que a cambio de que la dejaran pasear el palmito por todo el mundo, trapicheando con nuestra candidatura olímpica, entregó las finanzas de la ciudad a Montoro y sus mercados. Una vez que se ha enterado de que Madrid no será nunca su escaparate personal, ella misma ha decidido que servir a los madrileños ya no es tan interesante. Gallardón es una Botella articulada, en el sentido de que le gusta el postureo tanto como a ella, pero al menos sabe ligar sujeto, verbo y predicado.
-¿En qué estás trabajando ahora? ¿Tienes algún proyecto en mente?
Tras el puente de la Constitución aparece un libro llamado 'Conversación con Irene Lozano' en el que he sometido a un tercer grado a la diputada de UPyD. Puedo asegurarte que Su Señoría no sólo ha salido airosa, sino que me ha dado varios ¡zas, en toda la boca! Sobre UPyD hay muchos prejuicios y en el libro ha caído más de uno.
-¿Algún tuitero que recomiendes seguir?
Me gustan mucho @masaenfurecida y @gerardotc. Cuando están inspirados, te alegran el día.
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