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El salvador de una maltratada se queda sin pensión

García, que recibió un tiro al proteger a una mujer, malvive sin ayuda estatal

BELÉN TOLEDO

Vicente García Juan tenía una pequeña empresa de construcción, una novia con la que iba a casarse ese mismo año, una ex mujer y dos hijos pequeños a los que pasaba una pensión. Una vida normal que cambió radicalmente el 20 de marzo de 2006.

Ese día, salvó a una mujer de la agresión de su ex marido, que, armado con una pistola, se disponía a matarla en un bar de Mutxamel (Alicante). Vicente se abalanzó sobre el hombre y evitó el asesinato, pero recibió un disparo que le destrozó la mandíbula.

Después de su gesta, recibió el reconocimiento de los políticos y dos condecoraciones la medalla de oro de la ciudad de Mutxamel y la encomienda de oro al mérito civil. Tres años después, Vicente está orgulloso de su acción y 'volvería a hacerlo', pero siente una rabia infinita hacia la misma sociedad que lo jaleó.

Ahora no puede trabajar, come gracias a su familia y vive con su madre. Conserva a su novia, pero se fueron al traste sus planes de boda. Y no puede ni pensar en mantener a sus hijos. Su paciencia se colmó hace unos días, cuando recibió una carta de la Seguridad Social en la que se le comunicaba que es 'apto para trabajar' y le retiraba la pensión de 600 euros.

'Lo que más quiero es trabajar, pero no puedo', se lamenta. Después de siete operaciones, los médicos no han conseguido que su mandíbula tolere un injerto y está pendiente de una nueva intervención. Tiene problemas para hablar, comer y mantener el equilibrio. 'Lo que quiero es que se esfuercen en curarme', dice. Y, mientras, que le mantengan la pensión.

 

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