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Sabina pone el broche de oro a su gira con Charly García, Fito Páez y Calamaro

EFE

Joaquín Sabina se despidió esta noche a lo grande de su segunda casa, Buenos Aires, al cerrar su gira suramericana con tres invitados de lujo: Fito Páez, Andrés Calamaro y su gran amigo Charly García, con quienes hizo delirar a un Luna Park lleno a rebosar.

Cinco semanas después de que partiera de Santiago de Chile, "El penúltimo tren" llegó a su parada final con un Sabina entusiasmado que logró llenar, por décima vez en el marco de esta gira, el mítico estadio de la capital argentina.

"Es una noche para nosotros muy feliz, muy caliente y muy melancólica. Han sido diez días muy compartidos, muy emocionantes. No los olvidaremos mientras vivamos" admitió ante su incondicional público porteño, que nunca falla a su cita con el andaluz.

Pero lo que ese público no se esperaba era que Sabina le tenía preparada una noche llena de sorpresas, y que iba a reunir en el escenario a tres grandes de la música argentina, "los tres más grandes" en opinión del cantautor de Úbeda.

"Nosotros esta noche queríamos que fuera especial. Yo no hubiera pagado un peso por verme a mí, pero por millones de razones y, sobre todo, porque está en plena forma, vivo y creando una música inconcebible, hubiera pagado una fortuna por ver esta noche a Charly García", afirmó al invitar al escenario al veterano rockero argentino entre incesantes vítores y aplausos.

Juntos interpretaron un tema de García, "No voy en tren", y otro de Sabina, "Es mentira", ante los más de 6.000 espectadores en pie.

Apenas unos minutos después, tras los últimos acordes de una de sus muchas canciones que hablan de Buenos Aires, "Con Dieguitos y Mafaldas", su "enemigo íntimo", Fito Páez, irrumpió en escena.

Arropados por la euforia de los asistentes, olvidaron definitivamente su público distanciamiento con una versión a dúo de "Llueve sobre mojado", tema que compusieron juntos.

"Nos amamos, nos peleamos y nos reconciliamos", aseguró Sabina, quien no obstante bromeó con que no tiene "enemigo íntimo más noble" que Fito Páez.

Bien entrada la noche, el andaluz terminó de conquistar a su público con un tercer y último invitado de lujo, Andrés Calamaro, con quien cantó "Todavía una canción de amor", una letra de Sabina que compuso musicalmente el argentino, quien volvió unos minutos después a escena para acompañarle con "Princesa".

Tras cerca de tres horas de concierto, en las que repasó además los grandes éxitos de su carrera y los temas de su más reciente disco, "Vinagre y rosas", Sabina cerró una gira que ha superado todas las expectativas de público.

La decena de conciertos previstos inicialmente pronto resultaron insuficientes, y los organizadores tuvieron que programar nuevas fechas para que ningún fanático se quedara sin ver a Sabina, que además ofreció la semana pasada un recital gratuito en una de las más populosas localidades del conurbano bonaerense.

La abultada gira, con la que hizo también escala en Montevideo, Asunción y otra media docena de ciudades de Argentina, ha estado acompañada, además, por múltiples reconocimientos a la prolífica carrera del artista y su idilio con Buenos Aires.

La embajada de España en la capital argentina le otorgó a principios de mes el Equinoccio Cultural 2011 por su contribución a estrechar los lazos culturales entre ambos país.

Pero, sin duda, el reconocimiento que más ha divertido al español es la baldosa con una de sus letras más porteñas, "Con la frente marchita", con la que le homenajeó el gobierno de Buenos Aires.

"Por fin me van a pisar la minas ("chicas" en lunfardo, el dialecto porteño) en minifalda", agradeció Sabina.

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