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"Rompecabezas" de Smirnoff retrata a una mujer en crisis que halla libertad

EFE

La debutante argentina Natalia Smirnoff, que hoy presenta su película "Rompecabezas" en la sección oficial de la Berlinale, considera que la película retrata "a una mujer en crisis" que encuentra "un poquito de libertad" en el ensamblaje de puzzles.

"María del Carmen está en un momento de crisis en el que descubre que tiene un don para los rompecabezas", explicó la realizadora en Berlín a un reducido grupo de medios, entre ellos Efe.

La protagonista, que acaba de cumplir cincuenta años, vive la cercanía de la emancipación de uno de sus hijos con "terror" ,puesto que implica "que su función dentro de la familia y el significado de su vida van a cambiar", y halla en los puzzles su válvula de escape, explicó.

La cineasta, 37 años, lleva una década trabajando como ayudante de dirección en las películas de Lucrecia Martel -"La ciénaga", entre ellas- y de otros títulos argentinos como "Garage Olimpo" de Marcho Bechis y "El otro" de Ariel Rotter, y acude al festival como único aspirante latinoamericano a los Osos de la Berlinale.

Smirnoff decidió buscar a su personaje en una mujer de cincuenta años porque considera que es una generación "más madura, que vive un momento especial y difícil", el del reajuste que supone que los hijos, ya mayores, se marchen de casa.

El talento de María del Carmen, interpretada por María Onetto, para ensamblar piezas la lleva, a escondidas de su familia, a buscar un compañero de entrenamiento (Arturo Goetz), de cara al Mundial de Puzzles de Alemania.

"Hay ciertas vergüenzas interiores que, si se las arruinan, como mujer sensible que es, se quedaría anulada", afirma la cineasta para explicar que su personaje oculte esas sesiones de entrenamiento a su familia.

"Se ríen de ella por su afición a los puzzles, le dicen que está perdiendo el tiempo, que se está haciendo mayor, pero en realidad lo que hace es rejuvenecer", sostuvo.

Goetz agregó por su parte que una afición que la familia ve como el producto de una incipiente senilidad, es en realidad la forma que el personaje encuentra "para descubrir el mundo".

Esa nueva destreza no sólo le aporta una nueva diversión, sino que le proporciona, según la directora, "una nueva seguridad en sí misma" que se traduce, visualmente, en una adaptación de su vestuario y un mayor cuidado de su apariencia física.

Smirnoff, aficionada a los rompecabezas desde hace años, defendió la utilidad de los juegos y aludió a la filosofía existencial que reviste los rompecabezas, que suponen el tránsito "del caos al orden", de ahí su importancia metafórica como elemento que reordena la vida de la protagonista del filme.

En ese sentido, señaló que existen otros dos juegos con ese tipo de simbología: los crucigramas, que suponen el paso del "vacío a la plenitud", y la rayuela, que lleva implícita la sustitución de "la deriva por el rumbo".

Nuria Vicedo

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