El ex jugador de baloncesto Fernando Romay y un grupo de presas del Centro Penitenciario de Córdoba han compartido pases de balón en la pista polideportiva de la cárcel durante un acto en el que las reclusas han conseguido meterle canastas a la monotonía del día a día entre las rejas.

"La práctica del baloncesto nos está ayudando bastante a todas las internas porque nos ha ayudado a superarnos y a tener unas perspectivas totalmente diferentes para cuando salgamos, y sobre todo nos sirve para desconectar del día a día que estamos viviendo", ha asegurado a la prensa una de las reclusas participantes, María Dolores Macías.

La Federación Española de Baloncesto (FEB), Fundación FEB 2014 y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarios ejecutan gracias al patrocinio de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) este proyecto, denominado "Baloncesto sin límites", que hace que este día en la prisión "se pase en nada", según Macías.

Los valores del compañerismo y la amistad son, a su juicio, los que se potencian en los dos entrenamientos semanales que realizan y que les permiten volver al módulo "más tranquilas y relajadas".

Por su parte, Romay ha dicho que el baloncesto "siempre ha estado por delante" de otros deportes en proyectos de este tipo, en alusión a que la FEB es la única federación con una fundación que se dedica a obra social.

Según el ex jugador, participar en "Baloncesto sin límites" le permite no dejar este deporte al que se ha dedicado y además colabora con un programa "tan sumamente importante" que hace que "el baloncesto sea indispensable en la vida de la sociedad".

Romay, que ya ha participado en otras ocasiones en este programa, ha considerado que le evolución que experimentan las reclusas "en lo deportivo y en lo humano es increíble".

La jornada ha transcurrido entre pases, tapones y tiros a canasta, con la intención de que próximamente los reclusos varones también organicen un equipo de baloncesto que les permita acceder a este proyecto social.