Aunque la policía vela cada segundo por su seguridad, Roberto Saviano mantiene una actitud desconfiada ante cualquier sonido o persona que no controla porque, como asegura, sólo piensa en "seguir vivo" y recuperar todo lo que perdió al convertirse, tras escribir "Gomorra", en objetivo de la mafia.

Durante cinco días, el escritor italiano ha dirigido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo un curso para explicar cómo escribió este libro y, sobre todo, para que el mundo conozca que 300 páginas pueden cambiar la vida de una persona. Aunque, simplemente con verle por los pasillos del Palacio de la Magdalena se percibe que, como él mismo dice, su vida es "una pesadilla".

A pesar de que hasta siete policías le rodean desde que sale de su habitación, Saviano refleja en su rostro, blanquecino, pensativo y, a veces, alicaído, cómo debe de ser vivir pensando en que eres objetivo de la camorra napolitana.

Por eso, en una entrevista con Efe y a la pregunta de si hace planes de futuro, Saviano contesta rotundo: "seguir vivo".

Pero el escritor, que el 22 de septiembre hará 30 años, tiene otros planes, quizá no tan rotundos pero sí necesarios: escribir e intentar recuperar la parte de la vida que le ha robado la camorra.

Como continuamente ha reconocido en el curso, escribir es, hoy por hoy, su escape y a ello dedica la mayoría de su tiempo, porque vida personal, como él dice, no puede tener mucha.

En 2006 "Gomorra" consiguió récord de ventas en Italia (100.000 ejemplares en tres meses) y ya se ha publicado en 52 países. Desde hace unos meses se puede comprar -aunque aún no en España- su segundo libro, "Lo contrario de la muerte", y en este momento escribe su tercera obra que, como no podía ser de otra forma, tiene el crimen organizado como tema central.

Pero en este caso, no va a hablar de la criminalidad sólo en Italia, sino que el libro, "bastante voluminoso", va a tener "una mirada internacional" y "estará articulado de forma distinta".

El conocimiento de las organizaciones mafiosas marca su obra, pero también su vida, ya que Roberto Saviano nació en una de las provincias de Nápoles más controladas por la camorra, Casserta, por lo que conoce el poder de la mafia y tiene acceso a investigaciones policiales.

Saviano considera que un cambio en las bases de contratación de obras públicas ayudaría a reducir ese poder, que permite a la mafia controlar, a través de sus empresas, el mercado de la construcción con ofertas más baratas. "Es necesario cambiar la lógica que para llegar primero no basta sólo hacerlo a bajo coste y lo antes posible", opina.

Además, asegura que, como reflejan las investigaciones policiales, existe un control "real" por parte de la mafia de algunos políticos, la mayoría locales, aunque las declaraciones de cinco "arrepentidos" desvelaron que también controlan a algunos subsecretarios del Gobierno italiano.

Saviano espera poder seguir investigando el posible control ejercido por la mafia hacia los políticos italianos, aunque reconoce que no sabe si esto mismo sucede en España, donde insiste en que la mafia está introducida, en especial en la construcción.

El escritor recuerda, en este sentido, el caso de Marina Palace, en Tenerife, un complejo hotelero construido por un capo, del que habla en "Gomorra". Pero asegura que en España la mafia actúa con capitales "cuya procedencia criminal es muy difícil de demostrar".

"El problema es que aunque todo parece legal, puede haber una raíz criminal y la única manera de hacer frente a todo esto es crear comisiones de control sobre la construcción", opina.

Durante esta semana, Saviano ha denunciado la conexión de ETA con el narcotráfico y la mafia, pero también advierte de la posible "entrada" en España de cárteles mexicanos, aunque, a su juicio, "los españoles ignoran muchísimo el fenómeno criminal" en su país.

Saviano, que asegura estar en contacto con la policía española, en especial, con los Mossos d'Esquadra, señala que se está "controlando mucho a los mexicanos en España, aunque esto no se haya convertido en noticia de relevancia social" y considera que con su posible entrada en el país "se abre un gran capítulo de la historia del narcotráfico".

Aunque cree que hay que esperar a conocer cómo se van a relacionar con los grupos colombianos que ya operan en España y que, como los mexicanos, saben, según dice Saviano, que "Madrid es la gran puerta de la coca en Europa".