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Rato pide no sembrar dudas sobre la rapidez de la reordenación financiera

EFE

El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, pidió hoy que no se susciten dudas generales sobre la rapidez o la eficacia de los procesos de reordenación del sistema financiero porque podrían perjudicar a todo el sector, incluidos los bancos, que también forman parte del ajuste.

"Es ingenuo pensar que toda esta transformación afectará sólo a las cajas o a una parte de ellas", dijo Rato en su intervención previa a la clausura del X Encuentro Financiero Internacional, organizado por Caja Madrid y el diario El País.

Recordó que el objetivo de las integraciones es crear entidades más eficientes al eliminar costes redundantes, ganar dimensión, acceder a los mercados, tener oportunidades de diversificarse y mayores capacidades de generar recursos para contar con más capital.

Por eso insistió en que "con la responsabilidad de todos" si se consigue una reordenación del conjunto del sector, se tendrá un sistema financiero "más resistente", que beneficiará al conjunto de la economía.

En las últimas semanas, tanto el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, como el consejero delegado del BBVA, Ángel Cano, han criticado públicamente la lentitud con la que en su opinión se acomete la reestructuración de las cajas y ayer, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, pedía que antes de Navidades se ahondaran en estos procesos.

En el caso de Caja Madrid, inmersa en la creación de un grupo junto a Bancaja, y las cajas Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y La Rioja, Rato recordó que el grupo estará funcionando a principios de 2011 y ya tiene varios equipos de trabajo conjunto funcionando.

Y frente a quienes sostienen que la reordenación va lenta, Rato recordó que la reforma está en marcha desde hace meses y su velocidad, en general, es "adecuada", a pesar de que se trata de un proceso "muy complejo".

Tanto es así que el presidente de Caja Madrid consideró que ya se puede hablar de una segunda etapa con la intención de Cajasol de unirse al grupo Banca Cívica, compuesto por Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos.

En cualquier caso, Rato advirtió a bancos y cajas que tendrán que hacer frente a los retos del futuro mientras la actividad crediticia se reduce, se estrechan los márgenes y hay que acometer saneamientos importantes, en parte por la exposición a activos potencialmente problemáticos en construcción y promoción inmobiliaria, que el Banco de España cuantifica en unos 181.000 millones a junio de este año.

Entre todos esos retos, Rato destacó la "digestión inmobiliaria", que "puede ser demasiado lenta", si los activos se enquistan en los balances, o "demasiado rápida" y con cuantiosas pérdidas, si se venden precipitadamente.

Además, advirtió que en España, al ritmo actual de ventas, el excedente inmobiliario no se agotaría antes de 2013, frente a Estados Unidos, ayudado porque allí los precios han caído mucho más.

Por eso, si en España no bajan los precios o no mejora la economía y baja el paro, no se alcanzará fácilmente el ajuste inmobiliario, algo que podría agilizar la reducción de los plazos de ejecución judicial hipotecaria y de los periodos de desarrollo del suelo para su conversión en urbano.

En cuanto al crédito, reconoció que cajas y bancos comparten la "inquietud" de la opinión pública sobre las dificultades de acceso a la financiación, pero Rato se preguntó qué estará afectando más, si la mayor prudencia de las entidades o la caída de la demanda por la pérdida de confianza, el paro elevado y las malas expectativas económicas.

Para Rato, la reactivación del crédito exige ajustes fiscales y reformas estructurales que dinamicen la actividad, al tiempo que las empresas, también las financieras, acometan una reestructuración que les permita recuperar la senda de la rentabilidad.

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