El líder del PP, Mariano Rajoy, ha defendido hoy el apoyo de los populares vascos a un gobierno del PSE porque hay "una gran oportunidad de que se produzca un cambio en el País Vasco", donde "se va a hablar de España" y se va a defender la Constitución y el Estatuto de Gernika".

Entrevistado en el programa "Tengo una pregunta para usted" de TVE, Rajoy ha asegurado que el pacto es "no a cambio de cromos o consejerías, sino a cambio de políticas" y ha defendido el apoyo a los socialistas "por coherencia".

Gracias a ese acuerdo, ha destacado, se va a poder elegir la lengua en la que estudian los hijos en el colegio; un médico no tendrá un puesto de trabajo porque sepa euskera; y habrá un gobierno que se dedique a abordar al crisis económica y el paro y "no a generar problemas".

Si el PSE abogara por el derecho a la autodeterminación o por negociar con ETA, ha recalcado, su partido no podría apoyarlo.

Rajoy ha dejado claro que el PP no respaldará ningún diálogo con los terroristas para acabar con el terrorismo.

El líder del PP ha respondido así a la pregunta que le ha formulado Rafael, un secretario de juzgado de paz de Bilbao, sobre cómo acabar con la violencia a la vista de que las medidas legales y policiales tampoco han sido la solución definitiva.

Según Rajoy, la política antiterrorista se debe basar en dos principios: no negociar políticamente con los terroristas y emplear todos los instrumentos que permite la ley.

"No voy a negociar nada", ha sentenciado Rajoy, para quien el camino de la negociación se ha demostrado que "ha fracasado" en los últimos 30 años.

Se ha felicitado de que el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, haya rectificado y haya vuelto a la senda del Pacto Antiterrorista (2000) después de que en 2004, cuando llegó al poder, optó por el diálogo con ETA.

Preguntado sobre qué pasaría si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminara que la ilegalización de Batasuna no se ajusta a derecho, Rajoy se ha limitado a decir que "acataría" la sentencia.

Ha destacado el comportamiento de los militantes de su partido en el País Vasco, un grupo pequeño que se juega la vida, que vive con escolta y que lleva muchos años "dando la batalla por principios", ya que nunca han ostentado un cargo en el Gobierno vasco.