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Puedes amarle u odiarle, pero Mourinho es un ganador

Reuters

Jose Mourinho habla claro, hace enemigos y no se queda mucho tiempo en los clubes, pero gana trofeos a mansalva y cultiva una lealtad feroz entre sus jugadores.

El Real Madrid ya puede prepararse para un viaje en montaña rusa tras la presentación el lunes del portugués en una multitudinaria rueda de prensa, del que espera que consiga arrebatarle la Liga al Barcelona y ganar la décima Copa de Europa para un club hambriento de títulos.

El entrenador ultraconfiado de 47 años sabe lo que quiere e invariablemente lo consigue, un aspecto que seguro atraerá a los aficionados del club más famoso del mundo.

"Si eres un entrenador o un gran jugador y no juegas en un club como el Madrid, eso deja un hueco en tu carrera", indicó Mourinho.

Tácticamente, ha superado a entrenadores rivales una y otra vez con sorpresas en sus alineaciones y no teme hacer los tres cambios en el descanso si es necesario.

A los jugadores les encanta su carisma incuestionable, incluso aunque el portugués es partidario de una disciplina estricta. Al delantero del Inter de Milán Mario Balotelli le dejó fuera del equipo varias veces durante la temporada pasada tras un enfrentamiento con él, pero al final de la temporada acabaron abrazándose.

A pesar de no haber sido nunca un jugador de alto nivel, Mourinho ha pasado de ser un traductor en el Barcelona a autoproclamarse el mejor entrenador del mundo en solo diez años gracias a una determinación implacable y a su atención a los detalles.

Ganar la Champions en 2004 con el Oporto, que no estaba considerado uno de los favoritos, fue un gran éxito, pero dar al Chelsea su primera Premier League en 50 años y al Inter de Milán un triplete sin precedentes y su primera Copa de Europa desde 1965 han sido verdaderas hazañas.

UN BANQUILLO 'CALIENTE'

Mourinho se ha convertido en uno de los tres entrenadores que ha ganado la Champions con dos equipos diferentes, y ni el más cauto apostaría a que no vaya a ser el primero en lograrlo con tres equipos distintos.

Si lo conseguirá con el Madrid dependerá de cuánto tiempo se quede. El club es conocido por lo poco que duran sus técnicos en el banquillo, sobre todo con el exigente Florentino Pérez, mientras que la enigmática personalidad de Mourinho significa que nadie puede estar seguro nunca de lo que está pensando.

Del Oporto se fue del campo cuando estaban celebrando su triunfo europeo. Su franqueza provocó su marcha del Chelsea después de que se rompiera la relación con su propietario Roman Abramovich.

Con el presidente del Inter, Massimo Moratti, ha ido mejor, pero sólo porque el dirigente de 65 años sabía que había contratado a un torbellino y estaba preparado para los altibajos mientras el portugués ofrecía un éxito deportivo casi garantizado.

Pero su marcha del club italiano tras una temporada impresionante, en la que habló de su fichaje por el Madrid antes de ganar la final de la Liga de Campeones al Bayern de Múnich, molestó a muchos aficionados 'nerazzurri'.

Las celebraciones de su triplete se vieron ensombrecidas por la atención mediática sobre el entrenador, incluso la noche misma de la final, y los aficionados no disfrutaron tanto de la victoria como lo habrían hecho si el portugués se hubiera tragado durante unos días su escasa querencia por el fútbol italiano.

"Desde luego, su elección del momento no fue acertada. Tanto por él como por los aficionados, podría haber optado por un método un poco diferente", dijo Moratti, al tiempo que admitió que los dos años estimulantes con Mourinho han valido la pena. "Fue espectacular".

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