El secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, proporcionó ayer munición dialéctica al PSOE. 'Si ha dicho que recibía y cumplía instrucciones de Génova [sede del PP nacional] y del señor Camps, son los dirigentes de Génova y el señor Camps quienes deben dar un paso atrás', señaló la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, tras una reunión con todos los parlamentarios socialistas.

Para el PSOE no basta 'con cabezas de turco y salidas más o menos apañadas', cuando en la presunta trama aparece como implicado el tesorero nacional del PP y están en entredicho importantes contratos suscritos por los gobiernos autonómicos de Valencia y Madrid, con 'un despilfarro indecente' por el 'desvío a paraísos fiscales del dinero de los ciudadanos'. 'Hay que esclarecer de una vez por todas lo que está ocurriendo en el PP', subrayó Pajín.

Para eso, a juicio de la dirección socialista, 'deben dar un paso al frente desde Génova y las comunidades autónomas afectadas'. Pajín no quiso aclarar explícitamente si sus palabras implicaban la exigencia de que, en lugar de la renuncia o el apartamiento del secretario general del PP valenciano, se produzcan las de Camps y Rajoy. Dependerá de su actitud, vino a decir.

'Hay que esclarecer de una vez por todas lo que está ocurriendo en el PP'

'Si el señor Costa ha acusado a sus propios jefes, o dan un paso adelante en la aclaración o dan un paso atrás...'. Pero, en todo caso, sostuvo que deben dar la cara y tomar la iniciativa para que 'se depuren responsabilidades cuanto antes'.

Manuel Chaves, vicepresidente tercero del Gobierno, apuntó que 'la palabra miedo' ha empezado a rondar 'entre los dirigentes del PP'. En concreto, según dijo, 'miedo a lo que puedan decir los que están implicados o imputados en la trama Gürtel'.

Sólo ese miedo puede explicar, a juicio del vicepresidente, 'la parálisis' de la dirección del PP a la hora de asumir responsabilidades y adoptar 'decisiones firmes y contundentes'.

Chaves señaló que la declaración de Costa es un claro intento de 'endosar la responsabilidad al señor Camps y a la dirección nacional del PP', ya que, según sus propias palabras, 'ni Camps ni Rajoy le pidieron, en ningún momento, que dejara de contratar'.

El vicepresidente tercero, que es también presidente del PSOE, reflexionó que ante el miedo 'uno puede huir y paralizarse o afrontar la situación', y, en su opinión, 'lo que está exigiendo la sociedad a Rajoy y a Camps es que dejen de huir y buscar excusas y asuman su responsabilidad'.

'Costa, directa o indirectamente, ha dicho demasiadas cosas'

Mientras que esto no ocurra, la ciudadanía se verá sometida a una ceremonia de 'confusión', según señaló María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno. De la Vega, como portavoz institucional, fue más comedida en sus declaraciones y se limitó a urgir explicaciones 'porque esta situación resulta muy poco edificante para todos los ciudadanos'.

Desde el socialismo valenciano, su portavoz en Les Corts, Ángel Luna, concluyó que Costa 'ha venido a dinamitar lo que quedaba del bastión defensivo del Consell'. Luna destacó que el secretario general del PP valenciano ayer dejó 'claro que si había un último responsable de todo lo que se ha contratado aquí no era él, sino Camps'.

'Costa, directa o indirectamente, ha dicho demasiadas cosas como para que alguien tenga algún mínimo ataque de dignidad y se plantee que no es posible mantener por más tiempo esta situación', agregó el portavoz socialista.

Ximo Puig, portavoz adjunto del Grupo Socialista en Les Corts valencianas, agregó que Costa 'no ha dejado títere con cabeza' y el PP, más que en una situación de 'división', está 'en descomposición'. En su opinión, los presidentes provinciales de Castellón y Alicante, Carlos Fabra y José Joaquín Ripoll, así como el vicesecretario nacional de Comunicación, Esteban González Pons, 'se disputan lo que queda'.

A pesar de todo esto, la secretaria de Organización del PSOE sostuvo que su partido 'ni celebra ni se alegra' de que el PP se esté viendo sometido a 'un serio y muy grave proceso judicial', por entender que 'es malo para el país y para la política'.