La búsqueda de una salida para poner fin a la huelga en el transporte público en Francia, que en su sexta jornada consecutiva seguía causando hoy problemas a millones de usuarios, generó una polémica sobre la inmediatez del inicio de negociaciones en las empresas.

Por parte del Gobierno, el consejero social del Elíseo, Raymond Soubie, consideró que "los elementos positivos se multiplican estas últimas horas y estos últimos días" para acabar con el paro, lo que a su juicio permite augurar un retorno a la normalidad en los transportes "para mediados de la semana".

Soubie estimó, en una entrevista a la emisora de radio "France Inter", que hay "muchos menos huelguistas" que los primeros días y son "una minoría" en la compañía de ferrocarriles SNCF y en la entidad de transporte metropolitano de París RATP, donde las negociaciones "van a abrirse el miércoles".

La dirección de la SNCF señaló que la proporción de huelguistas esta mañana era del 26,2%, frente al 32,2% el pasado viernes.

Por parte de los sindicatos, la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), que desde el viernes ha pasado a reclamar la vuelta al trabajo y el fin de la huelga, pidió que la negociación empiece hoy mismo, y que no se espere al miércoles.

El secretario general de la CFDT, François Cherèque, dijo en la emisora "RTL" que la situación es "bastante sorprendente: se hace una huelga para esperar una negociación dentro de dos días (...) Se perjudica cada vez más a los usuarios (...) cuando se podría negociar desde por la mañana".

La Confederación General del Trabajo (CGT), verdadero motor de la protesta, se defendió de mantener la huelga sin razón y, por boca de su responsable en la SNCF, Didier Le Reste, insistió en que "no somos nosotros los que hemos fijado la fecha" del miércoles para el comienzo de la negociación en las empresas.

"Es una elección del Gobierno, no de las organizaciones sindicales", explicó Le Reste en "France Inter", quien añadió que las centrales no habían fijado ni las condiciones ni la fecha de la negociación en la que deben participar los sindicatos y las empresas en presencia de representantes del Gobierno.

El dirigente de la CGT indicó que la unión del paro en los transportes con la huelga convocada en la jornada de mañana por los sindicatos de funcionarios -para exigir un aumento del poder adquisitivo- "no era un objetivo en sí".

Al respecto de esa huelga de los funcionarios, el secretario de Estado de la Función Pública, André Santini, aventuró que "sin duda será ampliamente seguida", pero insistió en separar las reivindicaciones con respecto a los huelguistas del transporte público, que critican la reforma de los regímenes especiales de pensiones.

La movilización de los funcionarios (hay 5,2 millones en Francia) "se basa en razones salariales, no son maquinaciones políticas".

La huelga en los transportes hoy seguía causando fuertes perturbaciones, y a modo de ejemplo, sólo estaban programados 300 de los alrededor de 700 trenes de alta velocidad habituales, 76 de los 300 otros trenes de largo recorrido y la mitad de los regionales de media.

En cuanto a la RATP, aunque todas las líneas de metro funcionaban, la situación difería sustancialmente entre una que lo hacía normalmente (la 14, que es automática) y otras en las que únicamente pasaba un convoy cada media hora.