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"Los poetas de ahora están un poco despistados"

Editor. 2009 fue su año. El sello con el que trajo a España a poetas como Benedetti culminó más de cuarenta años de trayectoria, editó al Premio Cervantes y recibió un reconocimiento a su carrera

PAULA CORROTO

El primer libro que editó Jesús García Sánchez —Chus Visor— fue Una temporada en el infierno, de Arthur Rimbaud. Fue en 1968, año de revueltas estudiantiles y de adoquines levantados.

Visor, cigarrillo perenne en la mano y de ojillos nerviosos, lo recuerda también como el año en que comió y cenó pan y queso en París. 'Aunque fue antes de que empezara todo el follón, que luego en realidad no fue para tanto', apunta.

Por aquel entonces, veinteañero, estudiante de Salamanca y ávido lector de poesía, sentía la falta de poetas editados en España. 'No había absolutamente nada. Aquí no se leía', señala. Por eso montó la editorial con la que editó a Mario Benedetti, Juan Gelman, Gioconda Belli o José Emilio Pacheco último Premio Cervantes.

Una labor por la que fue reconocido en 2009 con el premio La Trastienda, otorgado por la Universidad Menéndez Pelayo.

¿Cómo han sido estos cuarenta años de editorial?

La verdad es que la colección no ha tenido nunca ningún bache. Ha ido todo rodado. Esto es porque el lector de poesía es pequeño, mínimo, pero fiel, compra poesía. La crisis no le afecta.

¿Y los últimos años?

'Pude editar algún libro regular, pero malos, nunca'

Desde hace seis años se lee más poesía. Creo que hicieron mucho bien aquellas colecciones de Plaza & Janés que vendían en quiosco, antologías de poetas conocidos Le hizo bien a la lectura de la poesía, porque la poesía es otra cosa.

¿Y qué es la intuición del editor?

Es importante, pero te pegas cada hostia. Por ejemplo, tuve intuición con que Benedetti se podría vender en España y resultó, pero ha habido otras con las que no he vendido nada.

¿Qué más hace falta?

Para mí el conocimiento es lo más importante. Para eso hay que estar muy al tanto. Siempre he estado suscrito a montones de revistas de Hispanoamérica. He viajado mucho.

Usted editó todavía con censura. ¿Cómo vivió aquello?

'La intuición es importante, pero te pegas cada hostia... Con algunas no vendí nada' 

Al final te acostumbras a la censura. Edité a Jorge Guillén, que me lo retiró la censura. Tenías que tener mucho cuidado con eso porque comprabas el libro y si te lo quitaban, perdías dinero. Pero, la época más dura de la censura no la viví. En los sesenta no llegaban muchos libros, pero sí los suficientes. Y la policía lo sabía. Blas de Otero estaba prohibido, pero circulaba. Si me dice alguien que hubiera querido leer a García Lorca y no lo leyó porque estaba prohibido, le doy un premio.

¿A quién le hubiera gustado editar y todavía no lo ha hecho?

Estaba repasando ahora esos grandísimos poetas que no he editado y que me jode no haberlo hecho, y entre ellos está Machado. Hay muchas ediciones de Machado, pero que entre los 800 poetas que tengo no esté

¿Cuál es el toque Visor?

Que no he engañado nunca a la gente. Puedo haber editado algún libro regular, pero libros malos nunca. Y la gente sabe que si no conoce a un poeta, pero lo ha editado Visor, se puede fiar.

Hay quien le tacha de editor comercial. ¿Qué opina?

Que es una gilipollez y que quien lo dice es un gilipollas.

Se lo comento por la polémica que saltó tras la muerte de Benedetti, cuando Gamoneda manifestó que era un poeta de segunda.

Ahí se metían más con Benedetti que conmigo. Aquellos días leí muchos blogs donde aparecieron estos comentarios y hay diez blogs que le dan la razón a Gamoneda por cien que no se la dan.

¿Por qué cree que estalló aquello?

A Gamoneda le deben gustar estas cosas. Cuando se murió Gil de Biedma, le faltó al respeto, y cuando se murió Ángel González, no sólo le insultó a él sino a sus amigos, y cuando se murió Benedetti lo mismo. ¡Ya está bien!

¿Cómo está la cantera de poetas?

Creo que los poetas de ahora están un poco despistados. Los que tienen unos 35 años están buscando un camino. Todos han estado muy influenciados por la poesía de la experiencia, no quieren continuarla, pero no saben evadirse tampoco. Están buscando un intermedio y no lo encuentran.

Ha editado mucha poesía protesta. ¿Ha desaparecido? ¿No está claro contra quién luchar hoy?

No, no. Está clarísimo. Ahora tenemos más enemigos que nunca. Tenemos que luchar más que hace veinte años.

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