La Feria de Arte de Tokio abrió hoy al público con la previsión de acoger a 35.000 visitantes hasta el domingo y un total de 2.500 obras expuestas, con el español Pepe Cobo como único galerista europeo invitado.

En total, 600 artistas representados por 108 galerías de seis países participan en la tercera edición de esta feria, muchos de los cuales repiten porque la experiencia fue positiva y los resultados satisfactorios, como explicó a Efe el propio Cobo.

Este es el segundo año en que el galerista sevillano ha sido invitado a la feria tokiota y durante los tres días en que dure la convocatoria, que se celebra en el Tokyo International Forum, compartirá espacio con la conocida galería nipona Taka Ishii.

Ambas galerías crean un contraste visual: el colorido de las obras que exhibe Pepe Cobo frente al blanco y negro de las fotografías de Moriyama y Tomatsu, de Taka Ishii.

Este año Cobo exhibe obras de tres artistas -el español MP&MP Rosado, el cubano Diango Hernández y la belga-mexicana Alejandra Freymann-, todas ellas con imágenes modernistas de colores vivos.

Para este sevillano afincado en Madrid, exhibir en Tokio, junto a galerías de Nueva York, Hong Kong, Seúl, Nueva Delhi y Pekín, le permite introducirse en el mercado oriental y, en particular, en el japonés "a pesar de la dificultad que presenta el idioma".

"Siempre hay miedo a lo desconocido y todos los países defienden la tradición de sus propios artistas, pero la comunicación en el mundo es cada vez más abierta y es una buena idea que las galerías seamos nómadas", según Cobo.

Para el galerista español, el hecho de ser el único europeo en la Feria de Arte de Tokio le hace sentirse orgulloso aunque asegura, con sorna, que ya se siente un poco japonés.

Su vecina de exhibición, que le invitó a asistir a la feria, Elisa Uematsu, de la galería Taka Ishii, ha traído a la feria obras del fotógrafo Moriyama, quien exhibió el año pasado en Sevilla su primera retrospectiva.

"Fue un éxito. Además a Daido le encantó visitar Sevilla", dijo Uematsu a Efe en perfecto español, pues nació en Perú de padres japoneses.

Las contemporáneas imágenes de Uematsu y Cobo contrastan en la feria con otras obras más clásicas de inspiración oriental, como trabajos de bambú de la galería Hanabakoo o los "ukiyo-e" (grabados clásicos nipones) de Sumisho.

En 2007, la feria recibió más de 32.000 visitantes y vendió obras de arte por diez millones de dólares (unos 6 millones de euros), y para este año los organizadores esperan superar la asistencia de más de 35.000 personas.

Los expositores suman unas 2.500 obras de diversos estilos: desde arte antiguo a moderno, pasando por pintura japonesa y fotografía contemporánea, aunque predominan las últimas tendencias.

También el anime y los típicos manga (comic) nipones tienen su hueco en la feria.

Entre los dibujantes japoneses destacan Yoshitomo Nara, quien expuso en Málaga el año pasado, o el autor de culto Takashi Murakami, conocido como "el Warhol japonés", que ha trabajado para firmas como Louis Vuitton o Marc Jacobs.

Los visitantes de la Feria de Arte de Tokio, la mayoría japoneses, agradecen que también se exhiban sillas, de formas muy modernas y hasta imposibles, para, al tiempo que probarlas, poder descansar del a veces agotador paseo artístico.