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La película "Oceans" ofrece una vista de pez de la vida marina

Reuters

La nueva película francesa "Oceans" no sólo permite a los espectadores nadar entre los peces, sino que también abre una ventana a unas vidas submarinas llenas de emoción y peligro.

Han pasado cincuenta años desde que el reconocido buceador y cineasta francés Jacques Cousteau rodara el documental "El mundo silencioso", y los avances técnicos han hecho más fácil capturar la vida desde la perspectiva de un pez, afirmaron los directores de la cinta.

"Inventamos todos estos dispositivos para ser peces entre los peces, para presenciar lo que hemos hecho con nuestro entorno y donde hay grandes capturas o polución, para verlas como las ven los peces", dijo a Reuters Jacques Perrin, uno de los directores.

Hace más de 10 años de "Microcosmos", un premiado documental en el que Perrin narraba la vida de los insectos y que ofrecía una inaudita mirada de cerca sobre las diminutas criaturas que viven entre la hierba.

Gracias a las nuevas técnicas de cámara, "Oceans" ofrece violentas tomas sobre las guerras de los cangrejos araña, persecuciones de delfines a toda velocidad, imágenes de animales marinos cuidando de sus crías y acercamientos a criaturas maravillosamente grotescas como el camote de nariz reticulada.

"Nuestras máquinas no abren con un personaje espectacular, sino con una intimidad con un animal que uno nunca ha visto hasta ahora y al que, sin más, cogemos cariño", añadió Perran.

Las nuevas técnicas incluyen meter cámaras en cajas especiales, permitir a los buceadores deslizarse junto a las rayas o nadar hombro con aleta con grandes tiburones blancos.

Tras dos años de preparación, cuatro años de rodaje y uno de edición, "Oceans" se estrena en Francia el 27 de enero, un mes después de la cumbre del clima de Copenhague.

Perrin, que apoya al ecologista francés Nicolas Hulot, dijo que no siente la necesidad de predicar, pero que espera contribuir al debate sobre la protección medioambiental.

"Oceans" se rodó en santuarios marinos durante más de 70 expediciones por todo el mundo. Algunas de las escenas ocurren en un museo de especies extintas, que resulta más agobiante por el conocimiento de que los animales murieron debido a la humanidad.

"Ése fue el caso del delfín del (río) Yangtsé, que teníamos pensado grabar, pero el último desapareció durante el rodaje", comentó el codirector Jacques Cluzaud.

En otra escena, una cámara situada en un dispositivo "medio aéreo medio acuático" sigue a una foca que olfatea con curiosidad un carrito de supermercado en el sucio lecho marino, y luego resurge para mostrar un gris complejo industrial en la costa.

También puede verse a un tiburón atrapado en una red de arrastre, que es arrojado de nuevo al agua sangrando profusamente por donde se le había cortado una aleta, que se convertiría en una 'delicatessen'. Puede verse al tiburón herido cayendo hasta el fondo, seguido por una nube de sangre.

Sin embargo, Perrin es optimista sobre el futuro de los océanos.

"El grito de esperanza es más fuerte que el de alarma", afirmó. "El mar sigue siendo rico, lo hemos mutilado y lo hemos hecho sangrar, pero está ahí y si queremos, las cosas pueden empezar de cero".

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