Payeses de Tarragona y Lleida socios de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) han repartido hoy tres toneladas y media de fruta frente al consulado de Francia en Barcelona, en protesta por los recientes ataques de agricultores franceses a camiones con productos agrícolas españoles.

Los agricultores de ASAJA, que amenazan con cortar al tráfico la autopista AP-7 en la operación retorno del próximo 30 de agosto si se repiten los ataques contra la fruta española, se han reunido con la cónsul general adjunta de Francia en Barcelona, Isabelle Marques-Gross.

Los dirigentes del sindicato agrario han entregado a la cónsul una carta en la que denuncian la pasividad de las autoridades de Francia frente a los actos violentos protagonizados por agricultores franceses contra camiones que transportan frutas y hortalizas procedentes de Europa porque consideran que la agricultura española supone una competencia desleal.

Albert Castelló, coordinador de ASAJA en Cataluña, ha explicado que la cónsul se ha comprometido a transmitir a la Embajada de Francia en España las reivindicaciones de los payeses catalanes y ha admitido que los agricultores de ambos países son víctimas por igual del desplome de precios en el sector.

Los dirigentes de ASAJA niegan que la fruta y verdura española catalana suponga una competencia desleal para las francesas e insisten en que sus productos se abren mercado en Europa porque son "de más calidad", por lo que en su opinión la actitud de los agricultores galos obedece sólo a la "envidia", según Albert Castelló.

Además, el presidente de ASAJA en Lleida, Pere Roqué, ha pedido "educación" a los agricultores franceses y ha denunciado la pasividad del Gobierno español ante los ataques a las frutas y las verduras procedentes de España, lo que en su opinión contrasta con la cerrada defensa que el Ejecutivo francés hace de sus agricultores.

Tras una pancarta con el lema "Stop a la especulación. Ley de Comercio por unos precios justos", una veintena de socios de ASAJA se han plantado ante las puertas del Consulado de Francia, en pleno centro de Barcelona, y han arrojado sandías, nectarinas y manzanas a la acera.