El paro y la situación económica son los dos problemas que más preocupan a los españoles, según el barómetro del CIS correspondiente al mes de enero, en el que el terrorismo baja desde la primera hasta la tercera posición.

Así se desprende del barómetro realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas entre el 14 y el 21 de enero, casi dos meses antes de la celebración de las elecciones generales.

Según el 40,3 por ciento de los encuestados, la situación económica es "mala" o "muy mala", la cifra más alta de percepción negativa de toda la legislatura, frente al 16,5 por ciento que la califican de "buena" o "muy buena".

Después de situarse en el segundo lugar en diciembre, el paro se presenta en enero como el principal problema, con un porcentaje del 43,8 por ciento, seguido de la situación económica (39,2 por ciento) y el terrorismo (35,1 por ciento).

La vivienda aparece como la cuarta preocupación (29,1 por ciento), en tanto que la inmigración se sitúa como el quinto problema (23,7 por ciento) y la inseguridad ciudadana como el sexto (16,4 por ciento).

Cuando los ciudadanos son consultados sobre las cuestiones que más les afectan personalmente, la mayoría contestan "los problemas de índole económica" (40,5 por ciento), la vivienda (22,3 por ciento) y el paro (19,5 por ciento).

En los siguientes puestos aparecen los problemas relacionados con la calidad del empleo (13,7 por ciento), la inseguridad ciudadana (13,2 por ciento), la inmigración (7,9) y las pensiones (7,8 por ciento).

Preguntados por la situación económica, el 40,3 por ciento cree que es "mala" o "muy mala" -en la encuesta de diciembre se situaba en un 35,9 por ciento-, el 41,8 por ciento opina que "regular" y el 16,5 "buena" o "muy buena".

Para el 38,5 por ciento de los encuestados la economía será igual dentro de un año, mientras que para el 35,6 por ciento irá a peor y para el 9,9 por ciento mejorará.

En relación a la situación política en España, el 40,6 por ciento la califica como "regular", el 36,5 como "mala" o "muy mala" y el 14,7 por ciento como "buena o muy buena"; en este sentido, el 41,2 por ciento se muestra convencido de que dentro de un año la situación política será igual.

Apenas dos meses antes de la celebración de las elecciones generales el 70,6 por ciento de los consultados sostenía que "esté quien esté en el poder siempre busca sus intereses personales", y una cifra muy similar, el 69,8 por ciento, aseguraba que los políticos "no se preocupan mucho" de lo que piensan los ciudadanos de a pie.

Aún así, el 66,9 afirmaba que la política tiene una gran influencia en la vida de cualquier ciudadano, y el 62,8 por ciento de los encuestados opinaban que el voto es la única forma de que los ciudadanos puedan influir en lo que hace el Gobierno.

Preguntados sobre qué dos clases de sentimientos le inspira la política, un 32,1 por ciento vota en primer lugar la desconfianza, un 20 por ciento la indiferencia y un 15,4 por ciento el aburrimiento; como segundo sentimiento, el 24,2 por ciento también se decanta por la desconfianza, un 17,7 por el aburrimiento y un 15,5 por la irritación.

En opinión del 43,2 por ciento la política es "tan complicada que la gente como yo no puede entender lo que pasa", y un 53,5 por ciento afirma que "es mejor no meterse en política".