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El Papa pide perdón por escándalo de abusos sexuales

Reuters

El Papa Benedicto XVI pidió el viernes el perdón de Dios y de las víctimas de los abusos sexuales por parte de sacerdotes, además de comprometerse a que la Iglesia católica hará todo lo que está en sus manos para garantizar que no vuelvan a suceder.

El Papa hizo estas declaraciones, de las más directas sobre el escándalo de abusos sexuales que ha afectado a la Iglesia en todo el mundo, durante una homilía en la plaza de San Pedro para clausurar las celebraciones del "Año Sacerdotal".

Con sotana blanca y dorada, el pontífice se dirigió a cerca de 15.000 sacerdotes y dijo que el año se había estropeado porque "los pecados de los sacerdotes salieron a la luz, particularmente el abuso de los más pequeños".

"Nosotros también insistentemente pedimos el perdón de Dios y de las personas involucradas, al tiempo que prometemos que haremos todo lo posible para garantizar que esos abusos nunca vuelvan a ocurrir", señaló.

Cientos de casos de abusos sexuales y físicos a jóvenes y niños perpetrados en las últimas décadas por miembros del clero han salido a la luz en Europa y Estados Unidos, mientras los investigadores animan a las víctimas que han permanecido largo tiempo en silencio a que finalmente hagan públicas sus denuncias.

ACCIONES INSUFICIENTES

Un grupo de personas vinculadas a las víctimas expresó que el máximo líder de la Iglesia católica aún no ha hecho suficiente.

"Estas son palabras sólidas, pero no acciones sólidas", dijo Peter Isely de la Red de Supervivientes de Aquellos Abusados por Sacerdotes (SNAP, por su sigla en inglés) con sede en Estados Unidos, cuyos líderes llegaron a Roma para el evento.

"El Papa debió haber anunciado un enfoque de absoluta tolerancia cero a los sacerdotes que abusan alrededor del mundo, asegurando que serán expulsados inmediatamente del sacerdocio. Esta es una acción mucho más importante que mostrar arrepentimiento", precisó a Reuters.

El mismo Papa Benedicto XVI ha sido acusado de haber hecho la vista gorda en la década de 1980, cuando era arzobispo de Múnich en su Alemania natal, ante el caso de un sacerdote enviado allí para recibir terapia tras abusar de menores, quien fue rápidamente transferido a otro trabajo parroquial.

El Vaticano ha dicho que un subordinado tomó esa decisión.

En su sermón, el pontífice de 83 años también prometió que la Iglesia implementará controles más fuertes para elegir a los hombres que ingresen en el sacerdocio.

"Para admitir a los hombres en el ministerio sacerdotal y en su formación haremos todo lo posible para evaluar la autenticidad de sus vocaciones, y haremos todos los esfuerzos para acompañar a los sacerdotes a lo largo de su camino, para que el Señor los proteja y vele por ellos en situaciones problemáticas y en los peligros de la vida", señaló el Papa.

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