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Pablo Milanés canta al amor en La Mar de Músicas de Cartagena

EFE

Cantar al amor y sentir que en cada segundo que pasa se escapa la vida como agua derramada en la palma de la mano fue lo que trasmitió el cantante cubano Pablo Milánes en el concierto que ofreció la pasada noche dentro del Festival de La Mar de Músicas.

Con su tema archiconocido entre sus clásicos, "Yolanda", Milanés consiguió que el abarrotado auditorio del Parque Torres de Cartagena (sur de España) demostrase su dominio memorístico de la letra de la canción por lo que hubo momentos en los que el artista dejó que fueran ellos los que recitaron el estribillo.

Esa canción, de la que siempre se recuerda que se inspiró en la madre de sus hijas -Milanés es padre de nueve hijos-, fue la que más hizo vibrar a sus fans entre el amplio repertorio en el que combinó la interpretación de viejos éxitos y algunos temas de su último álbum "Regalo" que ya presentase el pasado mes de enero en España.

Después de 39 discos grabados en solitario, con 66 años a sus espaldas y una enfermedad crónica en sus huesos, el cantante, músico y productor no faltó a la decimoquinta edición de La Mar de Músicas, festival del que afirmó que se encuentra valorado a nivel "mundial" y que le "encantan las figuras que pasan por ahí".

Milanés (Bayamo, Cuba, 1943) acudió junto a sus incondicionales seis músicos: el director musical y pianista Miguel Núñez, Dagoberto González al violín y teclados, Germán Velazco con flauta travesera y teclados, el baterista Osmani Sánchez, Eugenio Arango con la percusión cubana y Luis Ángel Sánchez con el bajo eléctrico.

Aunque cedió generosamente parte de su espectáculo a una voz cultivada en la negritud del jazz de una joven desconocida en el circuito Chila Lynn que mostró la atmósfera de silencio que consigue cuando sus dedos se deslizan por las teclas del piano y cantó con Milanés "Para vivir".

Así esa sabia nueva exhibió su talento que se perfila que dará de qué hablar y a su vez fue una muestra de generosidad por parte del cantante cubano que sólo quienes hacen escuela son capaces de llevar a cabo.

Para ella, tal vez, ya sean "Días de gloria", como reza el título del álbum de este representante de la Nueva Trova cubana y antes del estilo musical "feeling", que interpretó de ese disco "bastante nostálgico y con canciones personales", según él, "Días de gloria" y "Cuánto gané".

Pero entre esos temas del pretérito, Milanés rescató de su último LP, "Regalo": "Regalo" y "Matinal", que fueron ampliamente tarareadas en una noche de luna llena en la que se cumplía lo que una de las letras susurraba: "Viene el amanecer anunciando el día".

Aunque antes de que eso ocurriese, el romanticismo ya reinaba con palabras que se perdían en rimas y el músico las hacía revivir con su voz como si emergiesen del fondo de una cueva con su don melódico para la melancolía.

Así, este maestro del son brindó letras de antología desde "Yo no te pido", "Diario de Mauricio", "Si ella me faltara", "Mi esperanza", "La soledad" hasta "Mírame bien" o "El tiempo, el implacable" en una velada que puede titularse como uno de sus versos: "No quiero despertarte de tus sueños".

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