La ola de cambios en el mundo árabe como consecuencia de las protestas populares es un fenómeno "irreversible", aseguraron hoy en Madrid varios exmandatarios como el francés Lionel Jospin o el sudanés Sadiq Al Mahdi.

"Es irreversible. Esa tendencia de hombres y mujeres que han rechazado la sumisión no se va a retraer. Están abriendo un nuevo camino", afirmó Jospin, primer ministro galo de 1997 a 2002.

El exlíder socialista francés hizo esos comentarios en una conferencia organizada por el Club de Madrid bajo el título "Cambios en el mundo árabe: ¿revoluciones hacia la democracia?", en la Escuela Diplomática de la capital española.

Jospin cree que los países árabes donde ha prendido "la aspiración de libertad" y la "conciencia de Gobierno democrático" viven un momento "histórico" que condicionará la relación con Occidente, pero le asalta una duda: "¿Esa lucha por los derechos va a triunfar?".

"No estoy seguro", respondió el ex mandatario francés, quien subrayó que hay posibilidades de éxito en países como Túnez, Egipto, Marruecos y Jordania si sus gobernantes "son sabios".

Sin embargo, Jospin advirtió de que "en Libia no se ganará una guerra civil sin nuestra ayuda", mientras que en países como Yemen y Siria "la represión puede ser muy fuerte durante largo tiempo".

"No sé si tenemos que proclamar el derecho de interferencia (en esos países), pero tenemos el derecho de solidaridad. Estamos haciendo eso en Libia", esgrimió el exdirigente galo, que defendió la intervención militar autorizada por la ONU "en respuesta a la población amenazada" libia.

Mahdi, primer ministro de Sudán dos veces (1966-1967 y 1986-1989), dijo a su vez que es "el momento de que la ola de democratización" llegue al mundo árabe, e hizo hincapié en que "el movimiento actual es irreversible" porque, resaltó, "ha sido liderado por la juventud y tiene mucho apoyo".

Para el exgobernante sudanés, las revueltas "no han sido una sorpresa", pues "había una gran frustración", y ése ha sido precisamente el "talón de Aquiles" de las autocracias árabes: "no observar la frustración que existía entre los jóvenes".

No obstante, Mahdi recordó que el "Islám desempeña un papel fundamental" y "es una fuerza muy grande" en el mundo árabe, por lo que vaticinó una lucha entre los "reaccionarios" y los defensores de "la síntesis Islám-democracia".

Respecto a las monarquías de la región, el antiguo primer ministro sudanés abogó por "una alternativa a la autocracia" que pase por convertirse en monarquías parlamentarias como la española, al tiempo que mencionó al rey Juan Carlos como un ejemplo a seguir.

"Si los cambios necesarios -agregó- no tienen éxito, se pagará el precio de que la frustración provoque golpes de Estado reaccionarios".

También intervino en el debate el exprimer ministro holandés Wim Kok, quien valoró el papel que están jugando Internet y las redes sociales en las protestas, si bien remarcó que "el motor es el poder de la gente" con el "telón de fondo de la pobreza y la falta de derecho de voto".

Kok, que dirigió sus país entre 1994 y 2002, manifestó que las protestas comparten el "deseo de deshacerse de las cadenas del autoritarismo", y buscan "un cambio rápido en Estados que han perdido la confianza".

A su juicio, Europa debe apoyar esa corriente democratizadora, pero sin imposiciones: "No podemos -explicó- imponer soluciones. Las soluciones tienen que ser propiedad de los pueblos de esa región, pero podemos ayudarles"

Otro de los asistentes a la conferencia fue César Gaviria, presidente de Colombia de 1990 a 1994, que también ve "irreversible lo que está ocurriendo en el mundo árabe".

"Es un movimiento en pro de la democracia y de las libertades. Se puede tomar más tiempo en unos países que en otros, pero va a terminar ocurriendo en todos", señaló Gaviria, al añadir que "Europa tiene que tomar un gran liderazgo" en ese nuevo escenario.

Los participantes en el debate son miembros del Club de Madrid, una organización independiente y sin ánimo de lucro formada por exjefes de Estado y de Gobierno democráticos.