Acaba de regresar a Francia tras su espléndida actuación en Málaga, con récord mundial incluido. Rafa Muñoz atiende a Público desde su piso marsellés. 'Esto es lo mejor del cambio: tengo independencia, entro y salgo cuando quiero. Me siento más libre que en el CAR de Sant Cugat. Allí la vida era monótona y me sentía controlado', confiesa el cordobés.

Deshecha la maleta, el flamante plusmarquista mundial de 50 mariposa no duda en responder con contundencia a las palabras de Joan Fortuny, su ex entrenador, quien ayer cuestionaba en este diario sus rápidos progresos. 'No sé por qué se duda de mí declara Rafa, tranquilo pero firme por haber mejorado la fuerza en seis meses. Hago muchísimo entrenamiento de pesas. Dos horas todos los días (una por la mañana y otra por la tarde), además de todo el trabajo en el agua. Con Fortuny hacía exactamente la mitad de entrenamiento de fuerza: una hora diaria'.

Muñoz, que se entrena seis horas diarias excepto los domingos, afirma haber cambiado de sistema. 'Es muy diferente al de Joan, aunque sí se parece al que realicé con Paul Wildeboer. Hago menos kilómetros (unos 60 a la semana) pero mucho trabajo específico de fuerza, mucha musculación y muy variada'. El nadador cordobés indica que la clave de su progresión está en ese trabajo de gimnasio. 'Hacemos mucho Pilates, levantamos pesas libres y también trabajamos con máquinas de musculación. He ganado siete kilos de músculo [mide 1,90 y ahora pesa 84 kilos] en medio año'.

También se ha dado mucha importancia al bañador empleado en Málaga. La nadadora Erika Villaécija afirmó que el modelo Jaked 'le ha ayudado a flotar más'. Pero Muñoz tampoco está de acuerdo en esto. 'Yo no le doy importancia. Hemos nadado todos con el Jaked y el hermano de Erika [Álex Villaécija se clasificó segundo por detrás de Rafa] también lo ha usado'.

El próximo objetivo de Rafa está situado en los Campeonatos de Francia (Montpellier, del 22 al 26 de abril). Allí atacará el récord del mundo de 100 mariposa, que se le escapó por 18 centésimas el sábado. 'Estoy cansado, pero lo voy a intentar'. El andaluz, despreocupado o despistado, ignora qué día es la prueba. 'La verdad es que no tengo ni idea', confiesa. Lo que sí tiene claro Rafa (que se levanta a las seis y media y desayuna 'leche, galletas y cereales' una hora antes de lanzarse al agua) es que va a seguir en Marsella. 'Me quedo aquí hasta 2012', anuncia. ¿Añora algo de Córdoba? '¡Claro, los potajes de mi abuela!'.

A medio y largo plazo sus objetivos se llaman Roma y Londres. En julio nadará los Mundiales en Italia. 'Sería un orgullo enfrentarme a Phelps, pero parece que no va a nadar los 100 mariposa. Y hay que mejorar la imagen de Pekín. Allí íbamos cada uno a nuestro rollo', sentencia.