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El fin de las negociaciones marca la cuenta atrás para la independencia de Kosovo

EFE

Las negociaciones entre Pristina y Belgrado expiran oficialmente mañana, cuando empieza la cuenta atrás para la independencia de Kosovo, pero hasta entonces los líderes albanokosovares deberán soportar las presiones contrapuestas de la comunidad internacional y de su empobrecida población.

"Los europeos, divididos en sus posturas, están presionando a Hashim Thaci (futuro primer ministro) para que no declare la independencia hasta mayo del próximo año", declaró a Efe Dickson Bailey, jefe de la Fundación Internacional para el Sistema Electoral (IFES), una organización que apoya a la sociedad civil.

Pero esa larga espera podría desencadenar en una revuelta de la población albanesa, que ocho años tras el final del conflicto con los serbios creen que ya ha llegado el momento de tener un Estado propio y acabar con el limbo jurídico en el que se encuentran.

Para tranquilizar y satisfacer a ambas partes probablemente el nuevo Parlamento adopte una fórmula de compromiso al anunciar en enero la fecha de una independencia que se proclamaría en mayo, explico a Efe el analista político Ilir Dugolli.

Las nuevas instituciones de Kosovo surgidas de las elecciones del 17 de noviembre estarán previsiblemente constituidas antes de final del año y "en enero se dedicarán seriamente al tema de la independencia", dijo a Efe Jakup Krasniqi, del Partido Democrático de Kosovo (PDK), el probable futuro presidente del Parlamento.

El ex guerrillero Thaci, líder del PDK, declaró ayer que la fecha de la independencia "se sabe, pero será coordinada" con EEUU y la Unión Europea (UE).

Kosovo, una provincia Serbia habitada en un 90 por ciento de albaneses, se encuentra desde 1999 bajo administración de las Naciones Unidas y vigilada por 17.000 efectivos de la OTAN, donde se incluye un contingente de 600 soldados españoles.

Las dos negociaciones internacionales que durante dos años han tratado de encontrar una solución de compromiso entre Pristina y Belgrado fracasaron esta semana al enrocarse ambas partes en sus exigencias: Serbia ofrece la máxima autonomía, frente a la plena soberanía como única salida que exige Kosovo.

Mañana, 10 de diciembre, concluye oficialmente el plazo de la última ronda de negociaciones impulsadas por la "troika" formada por la UE, Rusia y EEUU, que ya admitieron que no consiguieron ninguna aproximación.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá el próximo día 19 para discutir sobre los próximos pasos para solucionar el conflicto entre Pristina y Belgrado.

Serbia y Rusia piden que continúen las conversaciones mientras los EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania ven como única opción el plan del mediador finlandés Martti Ahtisaari, que concede a la provincial una independencia tutelada por la comunidad internacional.

Si se prolongase el actual "status quo" se daría manos libres a Belgrado para que provocase incidentes a través de sus fieles serbios en Kosovo, lo que amenazaría la frágil estabilidad vigente, explicó Dugolli.

Para evitar brotes de violencia y garantizar la paz en los Balcanes, los países miembros de la OTAN decidieron el pasado viernes mantener en Kosovo todos los militares que hay desplegados y aumentar su numero si fuera necesario.

El único lazo común que une a serbios y albaneses, que viven separados y alimentan sus prejuicios con un odio secular, es que ambos pasan sus días hundidos en la misma pobreza.

Con un presupuesto modesto de mil millones de euros, un crecimiento económico del 1,5 por ciento y unos alarmantes niveles de corrupción, Kosovo es la región mas pobre de los Balcanes.

Además cuenta con la población más joven de Europa, y su economía es incapaz de absorber a los que se incorporan al mercado laboral, el paro afecta casi a la mitad de las personas en edad de trabajar y el sueldo medio no supera los 200 euros.

"Estamos bloqueados. Queremos la independencia para mejorar la vida de nuestros hijos", dijo a EFE Izet, un taxista de 50 años.

Mientras, Halit, un joven director de películas, expresa su rencor por no poder pedir fondos en proyectos internacionales para rodar sus deseados filmes porque nadie en el mundo reconoce Kosovo como Estado.

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