La cantante y escritora china Yang Erche Namu, un personaje siempre envuelto en la polémica, ha decidido ahora proyectarse más allá de las fronteras de China al pregonar su deseo de casarse con el recién divorciado presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Namu, como es conocida está mujer de 41 años, aseguraba recientemente en su blog (blog.sina.com.cn/yrcnm) que el divorcio de Sarkozy le llena de felicidad y, sin ninguna modestia, alega que el presidente francés necesita a una esposa como ella, "llena de capacidad y talento".

Sarkozy, no obstante, debería sopesar con cuidado esta oferta matrimonial, dado que Namu es una orgullosa defensora de las tradiciones de los Mosuo, etnia matriarcal tibetana del sur de China a la que pertenece y en la que es costumbre que las mujeres del lugar tengan todos los maridos o amantes que deseen.

De hecho, Namu, una de las personalidades más excéntricas del país asiático, también ha pedido matrimonio a otro "soltero de oro" como es el director de cine chino Zhang Yimou, así como a uno de los empresarios más ricos del país asiático, Zhang Chaoyang (fundador de Sohu.com, uno de los grandes portales de Internet en mandarín).

Namu asegura en su blog que se siente muy atraída por "hombres con poder" como Sarkozy, y para defender su candidatura, argumenta que tiene mucha experiencia en ambientes políticos, ya que estuvo casada siete años con un diplomático suizo.

Tras asegurar que será una perfecta esposa para Sarkozy, Namu imagina que el líder galo "debe ser muy bueno besando" y confiesa que le atrae mucho el color de su piel.

Namu se escapó a los 13 años de su casa después de que su madre la rechazara, en una pequeña aldea de las montañas del sur de China, para alistarse en una "troupe" de músicos y fue la primera mosuo que entró en el Conservatorio de Música de Shanghai.

Ha estado casada en varias ocasiones, y saltó a la fama en los años 90 por ser una de las primeras escritoras chinas que contaba abiertamente en sus obras sus experiencias sexuales, aunque su obra más conocida es "Adiós al lago madre" (2003), de la que es coautora.