Público
Público

Nadal coloca a Mónaco en el punto de mira

EFE

Javier Albisu

El español Rafael Nadal, que hoy cumplió 26 años, tendrá que eliminar mañana a su íntimo amigo Juan "Pico" Mónaco en octavos de final de Roland Garros si quiere seguir en la carrera para levantar el próximo domingo su séptima Copa de los Mosqueteros.

El partido, que se disputará en la pista Suzanne Lenglen hacia las 15.30 hora de París (13.30 GMT, 10.30 hora argentina), no debería deparar demasiadas sorpresas y seguirá un guión exigente. O al menos, así piensa Nadal.

"Es de los jugadores que más aprecio del circuito y con el que me llevo mejor. Nos conocemos personalmente y tenísticamente, hemos entrenado mucho juntos y sabemos cada uno lo que vamos a intentar hacer: jugar agresivo y poner un ritmo superior", explicó el mallorquín tras deshacerse en tercera ronda del argentino Eduardo Schwank por un contundente 6-1, 6-3 y 6-4.

Con ese triunfo, Nadal sumó su victoria número 250 en tierra batida y su 48ª en Roland Garros. Antes, había enterrado al uzbeco denis Istomin (6-2, 6-2 y 6-0) y al italiano Simone Bolelli (6-2, 6-2 y 6-1).

"Día a día, las cosas están saliendo bien y queda mejorar porque las cosas que vienen ahora son más complicadas. En la primera (semana) no se gana un Grand Slam, solo se puede perder", comentó el mallorquín, que hoy celebró sin grandes aspavientos su vigésimo sexto cumpleaños, ya con la mente en el próximo partido.

A priori, Nadal tiene todo de cara. La estadística le coloca como incuestionable favorito. Más allá de que muchos le consideren el mejor tenista sobre tierra batida de la historia y que esté luchando por romper la igualdad de seis títulos de Roland Garros que comparte con el sueco Bjorn Borg, el historial de partidos entre Mónaco y Nadal es claramente favorable al español.

Ambos tenistas se han enfrentado en cuatro ocasiones y la única victoria de Mónaco data de 2007, cuando el mallorquín tuvo que abandonar por lesión en el Masters 1.000 de Cincinnati cuando jugaba contra el de Tandil.

Los otros tres cruces, siempre en polvo de ladrillo, se los apuntó el español, cuya última victoria sobre Mónaco se remonta a la última final de la Copa Davis, cuando Nadal le endosó al argentino un 6-1, 6-2, 6-2.

Mónaco, de 28 años, es consciente del gran reto al que se enfrenta y de que necesitará adaptar su juego para hacer daño a su rival, que cree que el argentino está "en el mejor momento de su carrera".

"Tengo que ajustar un montón de cosas para enfrentar al mejor de la historia en polvo de ladrillo, no va a ser para nada fácil. Es uno de los partidos mas duros que puedo llegar a tener", añadió el de Tandil tras derrotar en tercera ronda y a cinco sets al canadiense Milos Raonic.

El argentino cuajó un partido sólido, largo y táctico en el que no se resintió de su maltrecho tobillo, a pesar de emplear más de cuatro horas y media para deshacerse de su rival, uno de los mejores sacadores del circuito.

Antes, el 15º mejor tenista del mundo había eliminado al checo Lukas Rosol y al francés Guillaume Rufin. Al colocarse en octavos de final ha igualado ya su mejor registro en Roland Garros (2007) y en cualquier otro Grand Slam.

Mónaco se siente muy bien con miras a ese encuentro y tiene fe en sus posibilidades, pero no olvida que "del otro lado está Rafa".

Sin embargo, en deporte casi todo es posible y Mónaco puede encontrar inspiración con vistas a su duelo con el italiano Andreas Seppi (22), que forzó el quinto set contra el número uno del mundo, Novak Djokovic, y en el joven belga David Goffin, que le complicó la vida a Federer más de lo previsto.

La que sí que llevó a dar la campanada fue la eslovaca Dominka Cibulkova (15), que logró deshacerse en dos sets de la mejor tenista del mundo, la bielorrusa Victoria Azarenka.

El ganador del Nadal-Mónaco se enfrentará en cuartos de final contra el vencedor del duelo entre el serbio Janko Tipsarevic (8) y el español Nicolás Almagro (13).

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias