Las muertes de 4.000 soldados estadounidenses en Irak han "sentado las bases de la paz para generaciones venideras", afirmó hoy el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Bush efectuó estas declaraciones después de que la muerte de cuatro soldados elevara hoy a 4.000 el número de militares estadounidenses caídos en suelo iraquí.

Tras participar en una sesión informativa en el Departamento de Estado sobre la situación en el país árabe y los esfuerzos diplomáticos de EE.UU. en el mundo, el presidente afirmó que se esforzará en garantizar que la guerra se salde con "un resultado digno del sacrificio" de los caídos.

"Espero que sus familias sepan que los ciudadanos rezan por su bienestar", agregó el presidente.

Previamente, su portavoz, Dana Perino, afirmó que no pasa un día sin que Bush recuerde a los fallecidos en la guerra.

El presidente, explicó Perino, "cree que cada vida es preciosa y cada día pasa tiempo pensando en los que han perdido la vida en el campo de batalla".

"Él acarrea la responsabilidad de las decisiones que tomó. También acarrea la responsabilidad de seguirse centrando para buscar el éxito", aseguró Perino.

Bush participó hoy en una videoconferencia con el comandante de las tropas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, y el embajador de EE.UU. en Bagdad, Ryan Crocker, para escuchar su análisis sobre la situación.

Además de la sesión informativa de hoy, el presidente se desplazará el miércoles al Pentágono para participar en otra similar sobre la situación en Irak y "sentar las bases para futuros recortes de los niveles de tropas".

Petraeus debe declarar ante el Congreso entre el 8 y el 9 de abril y Bush podría anunciar alguna decisión sobre los niveles de tropas después de esa intervención.

Se espera que Petraeus recomiende abandonar por el momento las reducciones de tropas una vez se completen las ya anunciadas, que deben reducir para junio la cifra de soldados en Irak de 158.000 a 132.000.