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Miles de personas en el entierro de los muertos por el atentado de Jerusalén

EFE

Miles de personas asistieron hoy a los entierros de los ocho estudiantes muertos en el atentado de anoche contra una escuela talmúdica de Jerusalén, donde el Gobierno israelí reforzó la seguridad pero se abstuvo de dar una respuesta política.

Las inhumaciones tuvieron lugar en varios cementerios de la ciudad, que se vio recorrida por cortejos fúnebres que partieron del seminario Merkaz Harav, el centro religioso que fue escenario de un ataque que es el peor que se registra en Jerusalén desde 2004.

Institución vinculada tradicionalmente con el movimiento sionista Merkaz Harav es una de las principales escuelas talmúdicas de la ciudad y su director, el rabino Yakov Shapira, pronunció un responso en el que cargó contra el Ejecutivo del primer ministro Ehud Olmert.

"Hay que entender que se ha generado una conspiración interna y una sublevación externa", afirmó Shapira, que criticó el proceso de negociación que el Gobierno israelí mantiene con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), del presidente Mahmud Abás.

"El autor del ataque no iba contra nadie en particular, sino contra todos los que vivimos en la ciudad santa", dijo el rabino, que aseguró que "todos nosotros pensamos que hay que encontrar un liderazgo que sea mejor, más fuerte, que tenga más crédito".

Según la policía israelí, el autor del atentado fue un residente de la parte este (árabe) de Jerusalén que había trabajado de chófer en la escuela talmúdica y que con un arma automática abrió fuego contra las víctimas, de entre 16 y 26 años, antes de ser abatido.

Identificado como Alaa Abu Dheim, de veinte años, el autor del ataque vivía en el barrio palestino de Yabel Mukaber, donde sus familiares organizaron esta mañana una ceremonia de duelo en una tienda en la que colocaron banderas del movimiento islamista Hamás.

La comunidad árabe de nacionalidad israelí había convocado en los últimos días varias manifestaciones para protestar contra la operación que el Ejército israelí llevo a cabo el fin de semana en Gaza y costó la vida a 125 palestinos, la mitad de ellos civiles.

Tras estrechar anoche las medidas de seguridad en todo Israel, la Policía y el Ejército cerró esta mañana de manera temporal los accesos viales a Jerusalén durante las honras fúnebres.

La vigilancia también se reforzó en la parte vieja de la ciudad, donde se establecieron puestos de control adicionales ante el flujo de fieles musulmanes que acudieron a la llamada Explanada de las Mezquitas para participar en el rezo del viernes santo islámico.

El Gobierno israelí no acompañó, sin embargo, las medidas de seguridad con una respuesta política al atentado.

Según medios locales, Mark Regev, portavoz de Olmert, calificó anoche de "masacre" el ataque y pidió a Abás que "haga un mayor esfuerzo por controlar a los elementos terroristas palestinos".

Regev adelantó, no obstante, que Israel no suspenderá el proceso de negociación con la ANP, cuyo presidente condenó anoche el ataque, así como "todos aquellos que producen víctimas inocentes", en velada alusión a las provocadas por la ofensiva militar israelí en Gaza.

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